Un grupo de 44 jubilados valencianos se embarcó en un viaje que prometía ser una experiencia memorable, pero se convirtió en una pesadilla. El 18 de marzo, el autobús que los transportaba sufrió un accidente en la pedanía murciana de Cabezo de Torres, dejando a varios heridos y a todos los pasajeros con secuelas emocionales profundas. Antonio Portillo, uno de los sobrevivientes, relata cómo el viaje que debía ser un descanso se transformó en un evento traumático que marcaría sus vidas para siempre.
La tragedia ocurrió cuando el autobús, que había estado operando con una subcontrata, volcó tras el reventón de un neumático. A pesar de que la medianera detuvo la caída del vehículo, el susto fue monumental. Antonio, junto a su esposa y otros familiares, se encontró en medio del caos, con imágenes de horror que aún persisten en su mente. «Me despierto por las noches escuchando el estallido de la rueda y sintiendo el olor a goma quemada», confiesa Ana, otra sobreviviente que sufrió heridas en el accidente.
La falta de atención psicológica inmediata tras el siniestro ha sido un tema recurrente entre los afectados. Muchos de ellos han tenido que buscar terapia por su cuenta, sintiéndose desamparados por el Instituto de Mayores y Servicios Sociales (Imserso), que debería haber proporcionado apoyo. Antonio critica abiertamente la falta de humanidad y la indiferencia que han experimentado desde el momento del accidente. «Nos dejaron desamparados desde el primer momento, y no se han preocupado por nada», afirma con indignación.
### La Falta de Apoyo Psicológico
La atención psicológica es crucial para las víctimas de traumas. Sin embargo, los sobrevivientes de este accidente se han sentido completamente solos en su proceso de recuperación. La falta de un equipo de psicólogos que pudiera ayudarles a gestionar el trauma ha sido una de las quejas más frecuentes. «Nos consolábamos los unos a los otros», dice Carlos, otro pasajero que se vio afectado por el accidente. La necesidad de apoyo emocional es evidente, y muchos de ellos han expresado su frustración por la falta de recursos disponibles para ayudarles a sanar.
El viaje, que originalmente tenía como destino Roquetas de Mar, se vio interrumpido por la tragedia. A pesar de que algunos pasajeros decidieron continuar con sus vacaciones, el ánimo estaba lejos de ser festivo. En un momento de insensibilidad, una empleada de turismo social se acercó a ellos y les ofreció una excursión, pero con la condición de que tuvieran que pagar la entrada a las cuevas de Nerja. Este gesto fue considerado un insulto por los sobrevivientes, quienes sentían que la empresa estaba más interesada en hacer negocio que en su bienestar. «Han tenido un comportamiento de auténticos miserables», remarca Antonio, quien se siente traicionado por la falta de empatía mostrada por la empresa.
### Investigación y Posibles Acciones Legales
El atestado del accidente aún no ha sido cerrado, y muchos de los afectados están considerando emprender acciones legales para depurar responsabilidades. La incertidumbre sobre las causas del accidente y la falta de respuestas claras han dejado a los sobrevivientes en un estado de angustia. La investigación está en curso, y los pasajeros esperan que se tomen medidas para evitar que situaciones similares ocurran en el futuro.
La experiencia ha dejado una huella imborrable en la vida de estos jubilados. A partir de ahora, han decidido que no volverán a viajar en autobús con el Imserso. La confianza se ha visto gravemente afectada, y muchos de ellos sienten que el riesgo de un nuevo accidente es demasiado alto. La tragedia no solo ha cambiado su perspectiva sobre los viajes, sino que también ha resaltado la importancia de la atención psicológica y el apoyo emocional en situaciones de crisis.
La historia de estos jubilados es un recordatorio de que detrás de cada accidente hay vidas humanas que merecen ser atendidas y apoyadas. La falta de atención y el abandono por parte de las instituciones responsables son temas que deben ser abordados con urgencia. La resiliencia de los sobrevivientes es admirable, pero también es fundamental que se escuchen sus voces y se tomen medidas para garantizar su bienestar en el futuro.