La desaparición de Beatriz Guijarro, una joven madre de Oliva, ha conmocionado a la comunidad local y ha generado un intenso seguimiento mediático. A 53 días de su desaparición, el hallazgo de un cadáver calcinado en la montaña de la Creu ha reavivado la esperanza de encontrar respuestas sobre su paradero. Este descubrimiento, realizado por una pareja de senderistas, se sitúa a menos de 500 metros del último lugar donde fue vista Beatriz, lo que ha llevado a las autoridades a considerar la posibilidad de que se trate de ella. Sin embargo, la identificación oficial del cuerpo dependerá de los resultados de la autopsia, que incluirá análisis odontológicos y de ADN.
La Guardia Civil ha comenzado a investigar el caso, y aunque no se ha descartado ninguna hipótesis, la posibilidad de una caída accidental parece cobrar fuerza. El cuerpo fue encontrado en una posición que sugiere que Beatriz pudo haber sufrido un accidente tras haberse alejado de su grupo de amigos. La noche de su desaparición, Beatriz se despidió de su pareja, Juanjo Jiménez, y fue vista posteriormente en un bar, donde se cambió de ropa y se dirigió a casa de su tía. Sin embargo, las cámaras de seguridad captaron sus últimos movimientos, lo que ha generado más preguntas que respuestas sobre lo que realmente ocurrió esa noche.
### El Incendio y su Relación con la Desaparición
El hallazgo del cadáver calcinado se produce en un contexto complicado, ya que la montaña de la Creu fue escenario de un incendio intencionado el 4 de septiembre, casi un mes después de la desaparición de Beatriz. Este incendio, provocado por un vecino de Oliva en un intento de causar daños a una propiedad, arrasó gran parte de la vegetación de la zona. La proximidad del incendio al lugar donde se encontró el cuerpo ha llevado a los investigadores a considerar que el fuego pudo haber afectado la escena del crimen, complicando aún más la investigación.
La Guardia Civil ha acordonado la zona mientras se lleva a cabo la recolección de pruebas. La médico forense ha realizado una primera inspección del cadáver, que se encontraba en un estado deteriorado debido a la acción del fuego y al tiempo transcurrido desde la desaparición. La autopsia, que se realizará en el Instituto de Medicina Legal de Valencia, será crucial para determinar las causas de la muerte y si existen signos de violencia que puedan indicar un homicidio.
### La Investigación y las Hipótesis
La investigación ha sido compleja y ha involucrado a varios cuerpos de seguridad. Desde el primer momento, agentes del puesto de Oliva y del Equipo de Policía Judicial de Gandia han estado trabajando en el caso. Recientemente, se han sumado especialistas del grupo de Homicidios de la Comandancia de Valencia, lo que indica la gravedad de la situación y la necesidad de esclarecer los hechos.
Las versiones de los testigos han sido analizadas minuciosamente. El amigo que estuvo con Beatriz la noche de su desaparición ha sido interrogado en varias ocasiones, y su relato parece coincidir con las pruebas obtenidas hasta ahora. Sin embargo, la posibilidad de que Beatriz haya sufrido un accidente tras separarse de su grupo de amigos no se puede descartar. La posición del cuerpo y el entorno que lo rodea sugieren que pudo haber caído accidentalmente mientras intentaba regresar a casa.
A medida que avanza la investigación, la Guardia Civil no ha cerrado ninguna hipótesis. La posibilidad de un homicidio sigue presente, especialmente si los forenses encuentran signos de violencia en el examen del cadáver. En caso de que se confirme que Beatriz fue víctima de un crimen, el amigo que estuvo con ella esa noche podría enfrentarse a serias consecuencias legales, incluyendo una posible acusación de omisión del deber de socorro.
La comunidad de Oliva sigue atenta a los avances en la investigación, esperando que la autopsia y las pruebas forenses arrojen luz sobre el destino de Beatriz Guijarro. La incertidumbre y el dolor por su desaparición han dejado una huella profunda en sus seres queridos y en toda la localidad, que anhela respuestas y justicia.