La Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (Aesan) ha emitido una serie de recomendaciones cruciales para el manejo de alimentos tras un apagón eléctrico. Este aviso se vuelve especialmente relevante en situaciones donde la interrupción del suministro eléctrico puede comprometer la seguridad de los productos alimenticios almacenados en frigoríficos y congeladores. En este artículo, exploraremos las pautas que Aesan sugiere seguir para evitar riesgos de salud relacionados con el consumo de alimentos en estas circunstancias.
**Impacto de los Apagones en la Conservación de Alimentos**
Los apagones pueden tener un efecto devastador en la conservación de alimentos, especialmente aquellos que son perecederos. Aesan advierte que, si la interrupción del suministro eléctrico supera las cuatro horas, es probable que los alimentos almacenados en el frigorífico alcancen temperaturas que pueden comprometer su seguridad. Entre los productos más vulnerables se encuentran la carne, el pescado, los huevos, la leche y los quesos frescos. La recomendación es clara: si el corte de luz ha sido prolongado, es mejor desechar estos productos para evitar el riesgo de enfermedades alimentarias.
La Aesan enfatiza que no se debe confiar en el aspecto o el olor de los alimentos para determinar su seguridad. La única forma de evaluar si un alimento es seguro para el consumo es a través de la temperatura a la que ha estado expuesto. Si la temperatura ha superado los 5ºC durante un tiempo prolongado, el riesgo de deterioro es alto. Por lo tanto, es fundamental evitar abrir las puertas del frigorífico o congelador durante el apagón, ya que esto puede permitir que el aire frío se escape y aumentar la temperatura interna.
En el caso de apagones de menos de cuatro horas, los frigoríficos pueden mantener temperaturas seguras, y no sería necesario descartar alimentos. Sin embargo, es vital tener en cuenta que cada situación puede ser diferente, y es recomendable evaluar cada alimento individualmente.
**Manejo de Alimentos No Perecederos y Congelados**
No todos los alimentos requieren refrigeración, y Aesan aclara que muchos productos no perecederos, como refrescos, conservas y chocolate, pueden mantenerse en condiciones óptimas fuera del frío. Estos alimentos no presentan riesgos significativos si se consumen después de un apagón, lo que proporciona cierta tranquilidad a los consumidores.
En cuanto a los alimentos congelados, la Aesan informa que los congeladores pueden mantener la temperatura de congelación durante un período de 24 a 48 horas, siempre que no se abran las puertas. Si los alimentos han mantenido cristales de hielo en su superficie y aún están fríos al tacto, se pueden volver a congelar. Sin embargo, si hay dudas sobre cuánto tiempo han estado descongelados, es mejor errar por el lado de la precaución y desecharlos, especialmente si no están fríos al tacto.
Es importante recordar que los alimentos descongelados que han superado los 5ºC pueden ser un foco de contaminación cruzada, lo que significa que pueden contaminar otros alimentos si se manipulan incorrectamente. Por lo tanto, la Aesan aconseja seguir prácticas de higiene adecuadas al manejar alimentos, especialmente después de un apagón.
**Consejos Prácticos para el Hogar**
Para ayudar a los consumidores a manejar mejor sus alimentos durante apagones, Aesan ofrece algunos consejos prácticos. Primero, es recomendable tener un termómetro de frigorífico para monitorear la temperatura interna. Esto puede ayudar a determinar si los alimentos han estado expuestos a temperaturas inseguras.
Además, se sugiere mantener un inventario de los alimentos en el frigorífico y congelador, lo que facilitará la evaluación de lo que se debe desechar en caso de un apagón. También es útil tener un plan de emergencia que incluya una lista de alimentos no perecederos que se pueden almacenar y consumir en caso de cortes de luz prolongados.
Finalmente, es esencial educar a todos los miembros del hogar sobre la importancia de la seguridad alimentaria y las prácticas adecuadas para manejar alimentos durante situaciones de emergencia. La prevención y la preparación son clave para minimizar los riesgos asociados con el consumo de alimentos en condiciones inseguras.
La Aesan continúa trabajando para garantizar la seguridad alimentaria en España, y estas recomendaciones son un paso importante para proteger la salud pública. Mantenerse informado y preparado puede hacer una gran diferencia en la seguridad de los alimentos que consumimos, especialmente en situaciones imprevistas como apagones eléctricos.