En la madrugada del 27 de agosto de 2025, los habitantes de Montserrat vivieron una experiencia inquietante al ser sacudidos por dos seísmos en un corto período de tiempo. El primer temblor, registrado a las 04:04 horas, alcanzó una magnitud de 2,5 grados en la escala de Richter, según el Instituto Geográfico Nacional. Este movimiento sísmico tuvo su epicentro al noroeste del municipio, a una profundidad de 5 kilómetros, en una zona cercana a la Colònia Lloma Vaquera y la carretera que conecta Picassent y Alborache. La intensidad del seísmo se sintió en diversas áreas de Montserrat, incluyendo Colinas Venta Cabrera, Nuestra Señora de la Asunción, El Flare y Virgen de Montserrat, así como en Cumbres Calicanto de Torrent.
Apenas tres horas y 50 minutos después, a las 7:57 horas, un segundo temblor se registró en el municipio, esta vez con una magnitud de 1,9 grados y un epicentro a 9 kilómetros de profundidad, ubicado entre el casco urbano de Montserrat y la urbanización Cumbres de Calicanto. Los vecinos, muchos de los cuales estaban durmiendo, se despertaron sobresaltados por el movimiento. El alcalde de Montserrat, Sergio Vilar, también fue uno de los afectados, quien expresó su agradecimiento de que no se hayan reportado daños personales ni materiales, señalando que la situación se limitó a un gran susto.
Estos eventos sísmicos son los primeros de este año en Montserrat que superan los 1,5 grados de magnitud. En la comarca de La Ribera, se han registrado un total de 20 movimientos sísmicos en los primeros ocho meses del año. Los municipios más afectados han sido Sumacàrcer y Antella, con 5 y 4 seísmos respectivamente. En Sumacàrcer, los temblores ocurrieron en varias fechas, incluyendo el 7 y 11 de enero, así como el 31 de mayo. Por su parte, Antella experimentó movimientos sísmicos el 17 de febrero y en varias ocasiones en agosto. Otros municipios como Gavarda, Benimuslem y Tous también han reportado temblores en lo que va del año.
La actividad sísmica en la región ha generado preocupación entre los residentes, quienes se preguntan sobre la posibilidad de futuros temblores. Aunque la magnitud de los seísmos recientes no ha causado daños, la experiencia ha dejado a muchos con una sensación de inquietud. Los expertos en sismología advierten que es importante estar preparados ante la posibilidad de movimientos sísmicos, incluso si estos son de baja magnitud. En este sentido, se recomienda a los ciudadanos informarse sobre las medidas de seguridad y cómo actuar en caso de un temblor más fuerte.
La comunidad de Montserrat ha demostrado una gran resiliencia ante estos eventos. Los vecinos se han unido para compartir sus experiencias y ofrecer apoyo mutuo. Las redes sociales han sido una herramienta clave para la comunicación entre los residentes, quienes han utilizado plataformas como WhatsApp y Facebook para mantenerse informados y expresar sus preocupaciones. La rápida difusión de información ha permitido que la comunidad se mantenga unida y alerta ante cualquier eventualidad.
Además, el alcalde ha instado a los ciudadanos a mantener la calma y a no entrar en pánico. La tranquilidad en la comunidad es fundamental para enfrentar situaciones de emergencia. Las autoridades locales están trabajando en la evaluación de la situación y en la implementación de medidas que garanticen la seguridad de los habitantes. Se espera que en los próximos días se realicen reuniones informativas para educar a la población sobre cómo actuar ante un sismo y las precauciones que deben tomar.
La actividad sísmica en Montserrat no es un fenómeno aislado. La región de La Ribera ha experimentado un aumento en la frecuencia de temblores en los últimos años, lo que ha llevado a un mayor interés en la investigación sismológica. Los científicos están analizando los patrones de actividad sísmica en la zona para comprender mejor las causas y posibles consecuencias de estos movimientos. La información recopilada será crucial para desarrollar estrategias de prevención y respuesta ante futuros eventos sísmicos.
En resumen, los recientes temblores en Montserrat han dejado una huella en la comunidad, que se enfrenta a la incertidumbre con unidad y determinación. La experiencia ha resaltado la importancia de la preparación ante desastres naturales y la necesidad de mantener una comunicación efectiva entre los vecinos y las autoridades. A medida que la comunidad se recupera de este susto, es fundamental que todos permanezcan informados y preparados para cualquier eventualidad.