El verano es una época de libertad y expresión personal, donde las reglas de la moda parecen desvanecerse. En este contexto, surge la pregunta: ¿quién realmente decide cómo nos vestimos en esta temporada? ¿Son las pasarelas, las redes sociales como TikTok, o quizás el grupo de amigos que nos rodea? Este verano en España, la tendencia no es seguir las normas, sino romperlas con audacia y estilo. Federico Antelo, director de la escuela de Moda del Istituto Europeo di Design en Madrid, comparte su visión sobre cómo la moda se ha transformado en un acto de comunicación más libre y menos condicionado durante los meses cálidos.
La Libertad del Vestir en Verano
Antelo sostiene que el verano es la época más libre para vestirse, aunque aclara que cada elección de atuendo está cargada de intenciones. «Incluso cuando pretendemos hacerlo despreocupadamente, detrás de cada ‘outfit’ hay una serie de decisiones», explica. Este año, la moda veraniega se caracteriza por looks más arriesgados e interesantes, un fenómeno que se puede describir como ‘effortless chic’. Las chanclas con calcetines, por ejemplo, se han convertido en una opción de moda aceptada, desafiando las normas tradicionales.
Las redes sociales, especialmente TikTok, han jugado un papel crucial en la democratización de la moda. Estas plataformas no solo permiten a los futuros diseñadores encontrar inspiración, sino que también son utilizadas por las grandes marcas para captar tendencias emergentes. Lo que antes se consideraba un descuido ahora se presenta como un estilo estético. La velocidad a la que se producen las colecciones ha aumentado, con marcas que responden casi instantáneamente a lo que se viraliza en línea. Esto plantea la pregunta: ¿es TikTok quien se inspira en las marcas o son las marcas las que se adaptan al algoritmo? Aunque no hay una respuesta definitiva, es evidente que el algoritmo no solo predice tendencias, sino que también las impone.
El Algoritmo y la Moda: Un Ciclo Vertiginoso
La influencia del algoritmo en la moda veraniega ha cambiado la forma en que las tendencias se desarrollan y se difunden. Antelo señala que las redes sociales son el epicentro de las influencias, especialmente cuando se trata de mostrar los looks de festivales de verano. La transición de estilos, como del ‘coastal cowgirl’ al ‘sardine core’, puede ocurrir en cuestión de semanas. Los colores también han evolucionado, desde los tonos pastel hasta el ‘butter yellow’, sin necesidad de seguir el Pantone oficial. Este año, el color Mocha Mousse se ha destacado como el tono del verano, pero la moda se siente más libre y caótica que nunca.
El manifiesto estético del verano 2025 podría resumirse en algunas afirmaciones audaces: chanclas con calcetines son aceptables, las gafas de ciclista son bienvenidas, y la ropa de estar por casa se puede llevar en la calle. La clave está en llevar cada look con convicción y actitud. Esta idea se refuerza con la famosa escena de ‘El diablo viste de Prada’, donde se demuestra que incluso aquellos que creen estar al margen de la moda, en realidad, están adoptando una postura frente a ella. La paradoja de querer estar fuera de la moda es, en sí misma, una forma de participar en ella.
Un Regreso a los Años 2000
Este verano también marca un regreso a las tendencias de principios de los 2000, con la reaparición de vaqueros de talle bajo y camisetas mínimas. Los colores predominantes incluyen el blanco, a menudo combinado con azul marino o rojo. La moda se ha vuelto más humana, caótica y contradictoria, similar a una foto de móvil mal encuadrada que, sin embargo, recibe miles de ‘likes’. Las marcas de moda rápida han comenzado a captar esta dinámica, incorporando en sus colecciones no solo lo que puede gustar, sino también lo que tiene potencial de volverse viral.
La duración de una tendencia en la actualidad es un concepto relativo. Antelo sugiere que, en lugar de preguntarse cuánto dura una tendencia, deberíamos considerar cuánto tiempo tarda en volver. Esto depende de la fuerza con la que una tendencia impactó en su momento. Por ejemplo, los vaqueros de talle bajo fueron un gran éxito durante más de dos temporadas a principios de los 2000, lo que significa que necesitarán un descanso antes de que vuelvan a ser atractivos. La moda, como fenómeno socio-cultural, siempre estará en movimiento, con micro y macro tendencias que reflejan la evolución de la sociedad y sus valores.