La identidad valenciana ha sido un tema de debate constante a lo largo de la historia, especialmente en el contexto político actual. La llegada de Carlos Mazón al Palau de la Generalitat ha suscitado opiniones encontradas sobre el futuro del valencianismo y el autogobierno. A medida que se desarrollan los acontecimientos, es crucial analizar cómo las decisiones políticas están moldeando la percepción de la identidad en la Comunidad Valenciana.
**La Evolución del Autogobierno Valenciano**
Desde la llegada de Joan Lerma al poder, la Comunidad Valenciana ha experimentado un proceso de autogobierno que ha marcado un hito en su historia. Lerma, como primer presidente de la Generalitat Valenciana, impulsó la inclusión del valenciano en el espacio público y promovió grandes proyectos culturales. Sin embargo, su legado ha sido objeto de críticas por aquellos que consideran que el valencianismo se ha visto limitado por las instituciones.
El periodo de José María Aznar y su sucesor, Francisco Camps, también dejó una huella significativa. Camps, con su enfoque en el autonomismo, buscó una relación más amigable con el resto de España, lo que generó un debate sobre la identidad valenciana. Durante su mandato, se establecieron instituciones clave como la Acadèmia Valenciana de la Llengua (AVL), que buscaban fortalecer la lengua y la cultura valenciana. Sin embargo, la llegada del Botànic, con Ximo Puig y Mónica Oltra, trajo consigo un nuevo enfoque que intentó descentralizar el poder y dar un nuevo prestigio a la lengua valenciana.
En los últimos dos años, el regreso del Partido Popular (PP) al poder bajo la dirección de Mazón ha generado inquietudes sobre el futuro del valencianismo. Su enfoque más pragmático y menos identitario ha llevado a la percepción de que se está produciendo una involución en el autogobierno. Las decisiones recientes, como la aprobación de la ley de Libertad Educativa, que obliga a los padres a elegir la lengua de enseñanza, han reavivado el conflicto lingüístico en la región. Además, los recortes a la AVL y la eliminación de ayudas al autogobierno han suscitado críticas sobre el compromiso del gobierno con la identidad valenciana.
**El Debate Identitario y la Influencia de Vox**
La influencia de Vox en el gobierno de Mazón ha sido un tema candente. Muchos analistas y críticos han señalado que el actual presidente parece estar adoptando una narrativa provincialista que podría fragmentar la identidad colectiva de los valencianos. La repetición del mantra “Castellón, Valencia y Alicante” ha sido interpretada como un intento de dividir en lugar de unir. Esta visión provincialista, según algunos expertos, no contribuye a la cohesión social y cultural de la Comunidad Valenciana.
Susi Boix, abogada y politóloga, ha expresado su preocupación por el enfoque provincialista de Mazón, sugiriendo que podría llevar a una desarticulación de la identidad compartida. En su opinión, es fundamental evitar nomenclaturas que puedan dividir y, en cambio, fomentar acciones que realmente vertebren la comunidad. La figura de Jaume I, por ejemplo, podría ser un punto de encuentro para recordar la historia compartida y fortalecer la identidad colectiva.
El debate actual sobre la identidad valenciana parece estar más influenciado por la política partidista que por un verdadero interés en la cohesión social. Manuel Alcaraz, jurista y exconseller, ha señalado que la visión de Mazón sobre las autonomías es limitada y que su enfoque se centra más en la gestión que en la construcción de un proyecto comunitario. Esto plantea la pregunta de hacia dónde se dirige la Comunidad Valenciana bajo su liderazgo y cómo se puede reconciliar la diversidad de su identidad con las decisiones políticas que se están tomando.
En este contexto, la sociedad civil juega un papel crucial. La necesidad de poner en valor las figuras representativas de la historia valenciana y fomentar un sentido de pertenencia es más importante que nunca. La celebración del 750 aniversario de la muerte de Jaume I podría ser una oportunidad para reavivar el interés por la historia compartida y fortalecer los lazos entre los valencianos.
La identidad valenciana, por lo tanto, no es un concepto estático, sino que está en constante evolución. Las decisiones políticas actuales están moldeando la percepción de lo que significa ser valenciano en un contexto donde la diversidad y la historia juegan un papel fundamental. A medida que la Comunidad Valenciana navega por estos tiempos de cambio, la forma en que se aborden estos temas será crucial para el futuro de su identidad colectiva.