Robert Redford, un ícono del cine estadounidense, falleció a los 89 años, dejando tras de sí una carrera que abarcó más de seis décadas. Su legado no solo se basa en su atractivo físico y su talento actoral, sino también en su capacidad para elegir proyectos que resonaron con el público y que, a menudo, desafiaron las convenciones de Hollywood. Desde sus inicios en la televisión hasta convertirse en una superestrella de cine, Redford ha dejado una huella indeleble en la industria cinematográfica.
### Un Comienzo Prometedor
La carrera de Redford comenzó en la televisión en la década de 1960, donde participó en series como «La dimensión desconocida» y «Alfred Hitchcock presenta». Su primer gran éxito llegó con «La rebelde» en 1965, que le valió un Globo de Oro. Sin embargo, fue en el cine donde realmente brilló. Su interpretación en «La jauría humana» (1966) lo catapultó a la fama, donde interpretó a un prisionero fugitivo perseguido por un sheriff, interpretado por Marlon Brando. Este thriller marcó el inicio de una serie de papeles que consolidarían su estatus como uno de los actores más destacados de su generación.
A finales de los años 60 y durante los 70, Redford se convirtió en un símbolo del cine de Hollywood. Su papel en «Dos hombres y un destino» (1969), junto a Paul Newman, no solo fue un éxito de taquilla, sino que también se convirtió en un clásico del género western. La química entre los dos actores y la dirección de George Roy Hill resultaron en una película que capturó la esencia de una era y que sigue siendo recordada por su narrativa y su música.
### Un Actor Comprometido
A lo largo de su carrera, Redford no solo se limitó a actuar; también se convirtió en un director y productor respetado. Su trabajo detrás de las cámaras en «Gente corriente» (1980) le valió un Oscar, y su compromiso con el cine independiente se reflejó en la creación del Festival de Cine de Sundance, que ha sido un trampolín para muchos cineastas emergentes. Este festival no solo ha promovido el cine independiente, sino que también ha cambiado la forma en que se percibe el cine en Estados Unidos y en el mundo.
Redford también fue conocido por su activismo político y social. A menudo utilizó su plataforma para abogar por causas ambientales y de justicia social. Su papel en «El candidato» (1972) es un claro ejemplo de su interés por la política, donde interpretó a un político que se ve atrapado en un juego de demagogia y promesas vacías. Esta sátira política resuena aún hoy, reflejando la desconfianza del público hacia los políticos y el sistema.
A lo largo de su carrera, Redford ha trabajado en una variedad de géneros, desde dramas románticos como «Tal como éramos» (1973) hasta thrillers como «Los tres días del cóndor» (1975). Su versatilidad como actor le permitió explorar diferentes facetas de su talento, y su capacidad para elegir proyectos significativos lo distingue de muchos de sus contemporáneos. Películas como «Todos los hombres del presidente» (1976) no solo son entretenidas, sino que también ofrecen una profunda reflexión sobre el periodismo y la verdad en la política.
### Un Legado Duradero
A medida que la industria cinematográfica ha evolucionado, Redford ha continuado adaptándose. Su participación en el Universo Cinematográfico de Marvel en «Capitán América: El soldado de invierno» (2014) demostró que su atractivo seguía vigente, incluso en un contexto tan diferente. Además, su último papel en «The Old Man and the Gun» (2018) fue un homenaje a su carrera, mostrando a un hombre que, a pesar de su edad, sigue persiguiendo sus sueños.
El impacto de Robert Redford en el cine es innegable. Su habilidad para contar historias, su compromiso con el cine independiente y su activismo social han dejado una marca que perdurará en el tiempo. A medida que el mundo del cine continúa cambiando, su legado seguirá inspirando a nuevas generaciones de cineastas y actores. La historia de Robert Redford es, en muchos sentidos, la historia del cine estadounidense, un viaje que ha desafiado las normas y ha abierto caminos para el futuro.