La reciente pérdida de José Ángel de la Casa, una de las voces más emblemáticas del periodismo deportivo en España, ha dejado un vacío en el corazón de los aficionados al fútbol. Su legado, marcado por una carrera de más de tres décadas en Radio Televisión Española, se entrelaza con momentos históricos del deporte nacional, convirtiéndolo en un referente inigualable. Su narración del famoso 12-1 de España a Malta no solo es recordada por la magnitud del resultado, sino también por la emotividad con la que la relató, convirtiéndose en un grito que resonará por generaciones.
**El Legado de un Narrador Emocional**
Nacido en 1950 en Los Cerralbos, un pequeño pueblo de Toledo, José Ángel de la Casa comenzó su carrera en 1977, narrando atletismo antes de dar el salto al fútbol. Su estilo sobrio y mesurado le permitió captar la esencia de los momentos más emocionantes, convirtiendo cada partido en una experiencia única para los oyentes. Durante su trayectoria, narró seis Copas del Mundo y seis Juegos Olímpicos, acumulando cerca de 2,000 encuentros en su haber. Su voz se convirtió en sinónimo de grandes gestas deportivas, desde el oro de Fermín Cacho en Barcelona 92 hasta el gol de Mijatovic que rompió la maldición europea del Real Madrid.
El 21 de diciembre de 1983, el partido entre España y Malta se convirtió en un hito no solo por el resultado, sino por la forma en que De la Casa lo narró. La selección necesitaba ganar por una diferencia de once goles para clasificar a la Eurocopa de 1984, y lo logró de manera sorprendente. Su famoso grito de «¡Goooool de Señoooor!» al marcar el duodécimo gol se ha convertido en parte de la cultura futbolística española, evocando recuerdos de una época dorada.
**La Lucha Contra el Parkinson y su Última Retransmisión**
A pesar de su éxito, la vida de José Ángel de la Casa no estuvo exenta de desafíos. En 2004, fue diagnosticado con Parkinson, una enfermedad que afectó su salud y que, lamentablemente, lo llevó a una jubilación anticipada en 2007. Su última retransmisión fue un partido entre España e Islandia, un momento agridulce que marcó el final de una era. A pesar de su deterioro físico, nunca perdió la lucidez ni el respeto de sus colegas, quienes lo recordaban como un periodista íntegro y un hombre ejemplar.
La neumonía que acabó con su vida no empaña su legado; al contrario, resalta su resiliencia y la forma en que enfrentó sus últimos años, alejado de los focos pero siempre presente en la memoria de los aficionados. La generación que creció escuchando sus narraciones no necesita cerrar los ojos para recordar su timbre de voz y su pasión por el deporte.
En vida, De la Casa recibió varios homenajes, siendo uno de los más emotivos el que tuvo lugar en Sevilla durante la conmemoración del 40º aniversario del 12-1 a Malta. Jugadores que formaron parte de aquella hazaña se reunieron para recordar no solo el partido, sino también la voz que lo hizo inmortal. La comunidad del fútbol, el periodismo y la televisión despiden a uno de sus grandes referentes, un hombre que supo contar el fútbol con dignidad, conocimiento y humanidad.
La figura de José Ángel de la Casa trasciende el ámbito deportivo; su legado es un testimonio de la importancia de la narración en el deporte y de cómo una voz puede capturar la emoción de un país entero. Su historia es un recordatorio de que, más allá de los resultados, lo que realmente importa son las emociones que el deporte puede generar en las personas. La huella que deja es imborrable, y su voz seguirá resonando en los corazones de quienes amamos el fútbol.