La reciente declaración de Pilar Bernabé, delegada del Gobierno, ha sacado a la luz detalles cruciales sobre la gestión de emergencias durante la dana que afectó a la Comunitat Valenciana el 29 de octubre. En su comparecencia ante la jueza, Bernabé expuso cómo el presidente de la Generalitat, Carlos Mazón, asumió un papel protagónico en la coordinación de las operaciones de emergencia, lo que ha generado un intenso debate sobre la eficacia de la respuesta gubernamental ante la crisis.
La intervención de Bernabé se produjo en un contexto crítico, donde la falta de información y la confusión reinaban en las primeras horas tras el desbordamiento del río Magro. Según su testimonio, Mazón estuvo presente en el Centro de Coordinación de Emergencias (Cecopi) desde la noche del 29 de octubre, dirigiendo las reuniones y organizando los turnos de palabra. Esta afirmación ha sido objeto de escrutinio, ya que plantea interrogantes sobre la capacidad de liderazgo del presidente en momentos de crisis.
### La Confusión Inicial y la Falta de Información
Uno de los puntos más destacados de la declaración de Bernabé fue su revelación sobre cómo se enteró del desbordamiento del río Magro. A pesar de ser una figura clave en la gestión de emergencias, admitió que recibió la noticia a través de los medios de comunicación, y no de los responsables de la Confederación Hidrográfica del Júcar (CHJ). Esto pone de manifiesto una posible falta de comunicación entre las instituciones encargadas de la gestión de crisis, lo que podría haber agravado la situación.
Bernabé explicó que, tras enterarse del desbordamiento, contactó al presidente de la CHJ, Miguel Polo, para obtener información actualizada. Sin embargo, la conversación no proporcionó los datos necesarios sobre la situación crítica que se estaba desarrollando. La falta de sensores en el río Magro para detectar incrementos de caudal complicó aún más la situación, dejando a los responsables de la emergencia sin información vital para tomar decisiones adecuadas.
La delegada del Gobierno también destacó que, en las primeras horas de la crisis, la CHJ estaba preocupada por la presa de Forata, que estaba recibiendo un caudal de agua mucho mayor al esperado. Esta información, crucial para la toma de decisiones, no fue comunicada de manera efectiva a los responsables de la emergencia, lo que generó un ambiente de caos y desorganización en el Cecopi.
### La Coordinación de Emergencias y el Papel de Mazón
La gestión de la emergencia por parte de Carlos Mazón ha sido objeto de críticas y elogios. Bernabé afirmó que, a pesar de la confusión inicial, el presidente asumió un rol activo en la dirección de las reuniones del Cecopi, lo que podría interpretarse como un intento de controlar la situación. Sin embargo, su llegada al centro de coordinación se produjo en un momento en que la situación ya era caótica, lo que plantea dudas sobre la efectividad de su liderazgo.
Durante su declaración, Bernabé enfatizó que, a partir del 30 de octubre, Mazón se sentó en un lugar de privilegio y comenzó a dirigir las reuniones, otorgando y retirando la palabra a los presentes. Este comportamiento ha sido interpretado por algunos como un intento de centralizar el control de la situación, mientras que otros lo ven como una respuesta necesaria ante la crisis.
La falta de información precisa y la confusión en la comunicación entre las distintas agencias involucradas en la gestión de la emergencia han sido criticadas. Bernabé mencionó que la información que recibía de Polo era insuficiente y que, a menudo, dependía de lo que le transmitían los alcaldes de las localidades afectadas. Esta situación pone de relieve la importancia de una comunicación clara y efectiva en momentos de crisis, donde cada minuto cuenta.
La declaración de Bernabé también reveló que, a pesar de la gravedad de la situación, la respuesta inicial fue lenta y desorganizada. La falta de un protocolo claro y la ausencia de información en tiempo real dificultaron la coordinación de los esfuerzos de rescate y salvamento, lo que podría haber tenido consecuencias devastadoras para las comunidades afectadas.
En resumen, la gestión de la emergencia durante la dana en la Comunitat Valenciana ha puesto de manifiesto la necesidad de mejorar la comunicación y la coordinación entre las distintas instituciones. Las revelaciones de Pilar Bernabé sobre el papel de Carlos Mazón y la falta de información en momentos críticos son un llamado a la reflexión sobre cómo se manejan las crisis en la región. La experiencia adquirida de esta situación debe servir para fortalecer los protocolos de emergencia y garantizar que, en el futuro, se actúe con mayor eficacia y rapidez ante desastres naturales.