En un preocupante caso que ha captado la atención de las autoridades, la Guardia Civil ha iniciado una investigación contra un joven de 17 años en un municipio de la Ribera Alta. Este menor es acusado de un delito de corrupción de menores tras difundir imágenes de sus compañeras de instituto que fueron manipuladas mediante un programa de inteligencia artificial. Las imágenes, que mostraban a las menores desnudas, fueron publicadas en varias plataformas y redes sociales con la intención de vender el contenido por Internet.
Los hechos se remontan a diciembre de 2024, cuando una de las víctimas se percató de que se había creado una cuenta en una conocida red social a su nombre. En esta cuenta, se publicaba un vídeo que contenía contenido completamente falso, generado a través de inteligencia artificial. Además, la afectada descubrió la existencia de una segunda cuenta en otra red social, también a su nombre, donde aparecían vídeos de desnudos que habían sido creados con la misma tecnología. Estas imágenes y vídeos eran promocionados en una página web con el objetivo de vender el contenido.
La situación se tornó aún más grave cuando se supo que otras quince compañeras, todas menores de edad, también habían sido víctimas de esta manipulación. Las denuncias de estas jóvenes llevaron a la apertura de una investigación en el marco de la operación ‘Edamai’, llevada a cabo por agentes del Equipo de Investigación de la Guardia Civil en Sueca. Durante las entrevistas, las víctimas coincidieron en que el autor de los hechos podría ser un compañero de su instituto, lo que llevó a los investigadores a profundizar en el caso.
Los agentes comenzaron a rastrear diversas cuentas en las redes sociales que habían sido creadas a nombre de una de las denunciantes. En estas cuentas se publicaban vídeos y mensajes descalificantes, lo que aumentó la preocupación entre las víctimas y sus familias. Para avanzar en la investigación, la Guardia Civil solicitó a las plataformas de redes sociales datos de usuario y acceso a las cuentas implicadas. Además, se investigó la página web donde se ofrecían servicios de modificación de imágenes mediante inteligencia artificial, obteniendo información sobre los usuarios y las direcciones IP asociadas a las cuentas.
Las direcciones IP rastreadas llevaron al domicilio del menor investigado, confirmando así las sospechas de los investigadores. También se descubrió que los correos electrónicos utilizados para crear las cuentas pertenecían a la misma persona, lo que reforzó la evidencia en su contra. Como resultado de estos hallazgos, se ha procedido a investigar al joven por un delito de corrupción de menores, y las diligencias han sido entregadas al Juzgado de Menores número 1 de Valencia.
Este caso pone de manifiesto la creciente preocupación en torno al uso de la inteligencia artificial en la creación de contenido inapropiado y la facilidad con la que se puede manipular la imagen de personas, especialmente menores. La tecnología, que en muchos casos se utiliza para fines creativos y positivos, también puede ser empleada de manera malintencionada, lo que plantea serios desafíos legales y éticos.
La difusión de imágenes manipuladas no solo afecta la reputación y la privacidad de las víctimas, sino que también puede tener consecuencias psicológicas devastadoras. Las menores afectadas por este tipo de delitos pueden experimentar ansiedad, depresión y otros problemas emocionales debido a la violación de su intimidad y la exposición pública de contenido que no refleja la realidad.
Es fundamental que tanto las instituciones educativas como las familias estén atentas a los riesgos asociados con el uso de la tecnología y las redes sociales. La educación sobre el uso responsable de la tecnología y la promoción de un entorno seguro en línea son esenciales para prevenir situaciones similares en el futuro. Además, es crucial que se implementen medidas legales más estrictas para abordar la creación y difusión de contenido manipulado, especialmente cuando involucra a menores.
La Guardia Civil ha reiterado su compromiso de proteger a los menores y ha instado a las víctimas a denunciar cualquier situación similar. La colaboración entre las autoridades, las plataformas digitales y la sociedad en general es vital para combatir este tipo de delitos y garantizar un entorno seguro para todos los usuarios de Internet.