El anuncio del president de la Generalitat, Carlos Mazón, sobre el regreso de las obras de Joaquín Sorolla desde la Hispanic Society de Nueva York a València ha generado gran expectación. Sin embargo, este proceso no será sencillo. Las obras, que incluyen algunas de las más emblemáticas del pintor valenciano, presentan desafíos logísticos significativos que deben ser abordados con cuidado y precisión.
### Desafíos Logísticos en el Transporte de Obras de Arte
El traslado de obras de arte de gran envergadura como las de Sorolla requiere una planificación meticulosa. En primer lugar, es fundamental considerar las dimensiones y el peso de las piezas. Las obras de Sorolla, especialmente los paneles de «Visión de España», son conocidas por su tamaño imponente, lo que complica su transporte. Según expertos en logística de arte, las opciones de transporte se limitan a dos: marítimo o aéreo. Ambas modalidades tienen sus propias exigencias y condiciones que deben cumplirse para garantizar la seguridad de las obras.
Si se opta por el transporte aéreo, se necesitará un avión especializado, similar a un avión ‘medicalizado’, que pueda mantener las condiciones adecuadas para las obras durante el vuelo. Esto incluye un control riguroso de la temperatura y la humedad, así como un sistema de seguridad que proteja las piezas de cualquier daño. Por otro lado, el transporte marítimo también presenta sus propios retos, como la necesidad de contenedores que ofrezcan la protección adecuada y que cumplan con las normativas internacionales para el transporte de arte.
### Recomendaciones del ICOM para la Protección de Obras de Arte
El Consejo Internacional de Museos (ICOM) establece una serie de directrices que deben seguirse al trasladar obras de arte. Estas recomendaciones son cruciales para asegurar que las piezas lleguen a su destino en perfecto estado. Entre las principales pautas se encuentra la prohibición de extraer los lienzos de sus bastidores o enrollarlos, ya que esto puede causar daños irreparables. Además, es preferible mantener la posición original de las obras, ya sea vertical u horizontal, durante el transporte.
Los expertos también subrayan la importancia de la protección física de las obras. Cada pieza debe ser embalada en cajas diseñadas específicamente para su transporte, lo que implica un trabajo de carpintería y diseño a medida. Esto no solo protege las obras de golpes y vibraciones, sino que también ayuda a mantener las condiciones ambientales necesarias durante el traslado.
En cuanto a las condiciones ambientales, las obras deben ser transportadas en un entorno controlado, con una temperatura ideal de 20 grados centígrados y una humedad relativa del 50%. Estas condiciones son esenciales para evitar cualquier deterioro que pueda afectar la integridad de las pinturas. Además, es común que las obras viajen con un equipo de ‘correos’, profesionales encargados de supervisar el traslado y asegurar que se cumplan todas las normativas de seguridad y conservación.
Se estima que, en el caso del regreso de las obras de Sorolla, se necesitarán al menos cinco o seis correos para garantizar que todo el proceso se lleve a cabo sin contratiempos. Este equipo no solo se encargará de la supervisión del transporte, sino que también será responsable de la documentación necesaria y de la comunicación entre las instituciones involucradas en el préstamo y la recepción de las obras.
El regreso de las obras de Sorolla a València no solo representa una oportunidad para que el público pueda disfrutar de su arte, sino que también plantea importantes retos logísticos y de conservación. La colaboración entre las instituciones culturales y los expertos en transporte de arte será fundamental para asegurar que estas obras maestras lleguen a su destino en las mejores condiciones posibles. La planificación y la atención al detalle serán clave para que este ambicioso proyecto se lleve a cabo con éxito.