La historia de Valencia está marcada por una rica herencia cultural y genética que se remonta a siglos atrás. Recientemente, un estudio de ADN antiguo ha revelado que la influencia norteafricana en la población valenciana es más profunda y duradera de lo que se pensaba. Esta investigación, liderada por el investigador Gonzalo Oteo-García de la Universidad de Huddersfield, ha puesto de manifiesto que la ascendencia magrebí ya estaba presente en el genoma de los habitantes de Valencia desde la época romana y que esta conexión se mantuvo durante más de mil años, hasta que la expulsión de los moriscos en el siglo XVII interrumpió este puente genético.
### La Herencia Norteafricana en el Genoma Valenciano
El estudio se centra en el análisis de ADN antiguo extraído de 12 enterramientos en diversas localidades de la Comunitat Valenciana, incluyendo València, Gandia y la Vall d’Uixó. Los resultados indican que la ascendencia del norte de África estaba presente en los genomas de la población desde el siglo IV al VIII, consolidándose durante el período islámico. Este legado genético persistió en el cementerio cristiano de San Llorenç de València hasta principios del siglo XVII, cuando la expulsión de los moriscos provocó una drástica disminución de esta influencia.
Oteo-García explica que el interés inicial de la investigación era puramente académico, pero a medida que se fueron descubriendo evidencias que vinculaban cambios políticos y culturales con el desplazamiento de poblaciones, se hizo evidente la importancia histórica de los hallazgos. La investigación ha contado con la colaboración de destacados genetistas británicos y arqueólogos valencianos, lo que ha enriquecido el análisis y la interpretación de los datos.
Uno de los hallazgos más sorprendentes es que la ascendencia norteafricana en el genoma de los valencianos del siglo IV era entre el 3 y el 5%, similar a los niveles actuales. Esto sugiere que, a pesar de los cambios demográficos y las convulsiones históricas, la conexión genética con el norte de África ha perdurado a lo largo de los siglos. El estudio también destaca que, durante la época de la Reconquista, la mezcla de poblaciones no alteró significativamente el perfil genético de la población valenciana.
### Impacto de la Expulsión de los Moriscos
La expulsión de los moriscos en 1609 marcó un punto de inflexión en la historia genética de Valencia. Se estima que cerca de 175,000 moriscos fueron forzados a abandonar el Reino de Valencia, lo que representaba aproximadamente el 40% de la población en ese momento. Este éxodo masivo tuvo un impacto profundo en la composición genética de la región, ya que los nuevos pobladores traídos para repoblar el territorio tenían menos ascendencia norteafricana.
Oteo-García señala que, tras la expulsión, el rastro de la ascendencia norteafricana se diluyó hasta ser casi indetectable. Esto se evidencia en los análisis de ADN de los enterramientos posteriores a la expulsión, donde se observa que la carga genética norteafricana en la población valenciana actual ronda entre el 3 y el 5%, en comparación con más del 15% durante la época islámica y la etapa bajomedieval cristiana. Esta dilución se puede atribuir a la limpieza étnica y al genocidio cultural que tuvo lugar durante y después de la expulsión.
El estudio también revela que la mezcla genética entre las poblaciones ibéricas y norteafricanas se intensificó durante el período islámico, con un aumento gradual de la contribución genética del norte de África en los genomas analizados. Este fenómeno de «berberización genética» sugiere que la aculturación fue rápida y estuvo acompañada de una mezcla significativa entre los locales y los recién llegados.
La investigación de Oteo-García no solo proporciona una nueva perspectiva sobre el paisaje genético de Valencia, sino que también invita a reflexionar sobre las implicaciones de la historia en la identidad actual de la población. A medida que se continúan realizando estudios arqueogenéticos, se espera que se arroje más luz sobre la compleja historia de la región y su rica herencia cultural y genética.