Los huertos urbanos de Sociópolis, ubicados en el barrio de La Torre, han sido un símbolo de la agricultura urbana en València, pero actualmente se encuentran en un estado de abandono tras el devastador paso de la dana en octubre de 2024. Este espacio, que alguna vez fue un pequeño paraíso hortícola donde los vecinos cultivaban tomates, repollos y alcachofas, ahora está cubierto de malas hierbas y cultivos asilvestrados. A medida que se cumplen siete meses desde la catástrofe, la situación de estos huertos se vuelve cada vez más incierta, dejando a los agricultores y a la comunidad en un estado de desánimo y preocupación.
La concepción de estos huertos fue obra del arquitecto Vicente Guallart, quien los diseñó como un homenaje a la huerta que existía antes de la urbanización de la zona. Con 250 parcelas, los huertos de Sociópolis eran la mayor superficie de cultivo urbano de la ciudad, pero ahora, sin un sistema de riego y con las puertas y vallas destruidas, su futuro es incierto. La Concejalía de Agricultura, liderada por José Gosálbez, no ha proporcionado información clara sobre cuándo se rehabilitarán estos espacios, lo que ha generado frustración entre los ciudadanos que dependen de ellos para el autoconsumo y la producción de hortalizas.
### La Contradicción de la Agricultura Urbana
Mientras los huertos de Sociópolis languidecen, el Ayuntamiento de València ha decidido avanzar con nuevos proyectos de huertos urbanos en otras áreas, como el barrio de Orriols. Recientemente, se adjudicó un contrato de 382.000 euros a la Sociedad Agricultores de la Vega para la urbanización de los últimos huertos urbanos a licitación. Este nuevo proyecto, que se desarrollará en una parcela de 3.000 metros cuadrados, incluye la creación de 25 parcelas de cultivo y una zona de estancia con mesas de jardinería y bancos. Además, se construirá un edificio que servirá como aseo-vestuario y almacén.
Este contraste entre el abandono de Sociópolis y la creación de nuevos huertos en Orriols plantea preguntas sobre las prioridades del gobierno actual. Mientras que el anterior alcalde, Joan Ribó, promovió la creación de huertos urbanos y la inclusión de parcelas agrícolas en nuevos desarrollos urbanos, el nuevo gobierno de PP y Vox parece no tener entre sus prioridades la expansión de estos espacios de cultivo. La falta de un plan claro para rehabilitar los huertos de Sociópolis contrasta con la rápida implementación de nuevos proyectos en otras áreas, lo que deja a muchos preguntándose sobre el compromiso real del Ayuntamiento con la agricultura urbana.
La situación se complica aún más al considerar que los huertos urbanos de València, como los de Malilla y la Rambleta, están siendo gestionados por colectivos que han demostrado un alto nivel de cuidado y atención. Estos espacios, que suman alrededor de 147 huertos en toda la ciudad, están a plena ocupación y son muy valorados por la comunidad. Sin embargo, la falta de atención a los huertos de Sociópolis, que albergaban un 90% de ocupación antes de la dana, sugiere una desconexión entre las necesidades de la comunidad y las decisiones políticas actuales.
### La Necesidad de un Compromiso Sostenible
La agricultura urbana no solo es una forma de promover el autoconsumo y la producción local, sino que también juega un papel crucial en la sostenibilidad y la resiliencia de las ciudades. La anterior concejala de Agricultura, Cecilia Herrero, había propuesto la creación de una Escuela Municipal Agraria para fomentar la agricultura y garantizar el relevo generacional en la huerta. Sin embargo, esta propuesta no se ha materializado, lo que pone de manifiesto la falta de un enfoque a largo plazo para la agricultura urbana en València.
A medida que la ciudad enfrenta desafíos ambientales y sociales, es esencial que se priorice la rehabilitación de espacios como los huertos de Sociópolis. La comunidad necesita un compromiso claro por parte del gobierno para revitalizar estos espacios, no solo para restaurar la producción de hortalizas, sino también para fortalecer la cohesión social y la identidad comunitaria.
La agricultura urbana tiene el potencial de transformar espacios olvidados en lugares de encuentro y colaboración, pero esto solo será posible si se toman decisiones informadas y se asignan recursos adecuados. La situación actual de los huertos de Sociópolis es un recordatorio de que la planificación urbana debe incluir la agricultura como un componente esencial para el bienestar de la comunidad. Sin un cambio de enfoque, el futuro de estos huertos y de la agricultura urbana en València seguirá siendo incierto.