La energía nuclear en España ha sido un tema de debate constante, especialmente en el contexto actual de transición energética. Recientemente, los partidos Esquerra Republicana de Catalunya (ERC) y Junts per Catalunya han exigido al Gobierno de Pedro Sánchez que mantenga operativas las plantas nucleares de Ascó y Vandellós hasta que las energías renovables puedan garantizar un suministro estable y seguro. Esta demanda surge en un momento en que el Gobierno ha comenzado a reconsiderar su hoja de ruta para el cierre de estas instalaciones, programado entre 2027 y 2035.
### La Dependencia Energética de Cataluña
Las plantas nucleares de Ascó y Vandellós son fundamentales para el suministro energético de Cataluña, cubriendo aproximadamente el 60% de la demanda de electricidad de la región. La preocupación por el cierre de estas plantas se intensificó tras el apagón del 28 de abril, que evidenció la falta de dispositivos de estabilización en la red eléctrica ante picos de producción de energía renovable. Este incidente ha llevado al Gobierno a replantearse su estrategia, buscando que las empresas eléctricas como Naturgy, Iberdrola y Endesa soliciten prórrogas para sus centrales nucleares a cambio de incentivos fiscales.
La postura de ERC y Junts es clara: no aceptarán el cierre de las nucleares sin garantías de que las energías renovables, como la fotovoltaica y la eólica, puedan proporcionar un respaldo efectivo al sistema energético. Ambas formaciones han trasladado a Moncloa su rechazo a iniciar el calendario de cierre de las plantas nucleares hasta que haya un plan sólido que asegure el suministro energético.
### La Estrategia del Gobierno y las Eléctricas
El Gobierno, por su parte, ha comenzado a cambiar su enfoque de manera silenciosa. La intención es que las eléctricas sean las que pidan las prórrogas para las plantas nucleares, lo que podría aliviar la presión sobre el Ejecutivo en términos de política energética. Sin embargo, las grandes eléctricas han condicionado su disposición a prolongar la vida útil de las nucleares a una reducción de las cargas fiscales que actualmente enfrentan. Esto incluye la Tasa Enresa, que se aplica para la gestión de residuos nucleares, y que ha aumentado significativamente en los últimos años.
Desde 2008 hasta 2019, la fiscalidad del sector energético creció un 400%, y desde 2019, un 50% adicional. Este aumento ha llevado a las empresas a replantearse su inversión en la modernización de las plantas nucleares, prefiriendo centrarse en el desarrollo de energías renovables. Sin embargo, la falta de un marco regulatorio claro y la incertidumbre sobre el futuro de la energía nuclear han generado un clima de desconfianza entre las eléctricas y el Gobierno.
La situación es compleja, ya que no solo afecta a Cataluña. Otras regiones, como Extremadura y la Comunidad de Madrid, dependen también de la energía nuclear para su suministro eléctrico. Extremadura, por ejemplo, obtiene casi el 40% de su electricidad de la planta de Almaraz, que también está en el punto de mira del debate sobre el cierre de nucleares.
### La Visión de los Partidos Catalanes
ERC y Junts han manifestado que su apoyo parlamentario al Gobierno dependerá de la búsqueda de un modelo energético que sea aceptable para todas las partes involucradas. La presión de estos partidos es significativa, dado que su apoyo es crucial para la estabilidad del Gobierno de Sánchez. Sin embargo, también existe una preocupación por parte de los partidos de izquierda, como Sumar, que han defendido una transición energética más rápida y menos dependiente de la energía nuclear.
El presidente de la Generalitat, Salvador Illa, ha expresado su interés en prolongar la operación de las plantas nucleares, aunque oficialmente su postura es la de fomentar el desarrollo de energías renovables. La realidad es que la transición energética no es inmediata y requiere tiempo y recursos para ser efectiva. La falta de inversiones en la modernización de la red eléctrica y en la aceleración de licencias para nuevas instalaciones de energía renovable es un obstáculo que debe ser superado.
### Un Futuro Incierto
El futuro de la energía nuclear en España es incierto y está lleno de desafíos. La necesidad de garantizar un suministro energético estable y seguro es primordial, especialmente en un contexto donde las energías renovables aún no han alcanzado la madurez necesaria para reemplazar completamente a las fuentes tradicionales de energía. La presión política y las demandas de los partidos regionales como ERC y Junts complican aún más la situación, creando un escenario donde cada decisión puede tener repercusiones significativas en el panorama energético del país.
La transición hacia un modelo energético más sostenible es un objetivo deseado, pero la realidad del suministro energético actual exige una evaluación cuidadosa y un enfoque equilibrado que considere tanto las necesidades inmediatas como los objetivos a largo plazo. La energía nuclear, a pesar de sus controversias, sigue siendo un componente clave en la discusión sobre el futuro energético de España.