El pasado 28 de junio de 2025, Patricia Sánchez-Flores, conocida como Paty, celebró su boda con el abogado deportivo Javier Millet en la pintoresca localidad de Xàbia, en la parroquia de San Bartolomé. Este evento no solo fue un momento especial para la pareja, sino que también atrajo la atención de medios y seguidores debido a la prominente familia de la novia, hija del reconocido entrenador de fútbol Quique Sánchez-Flores.
La ceremonia tuvo lugar en un ambiente festivo y familiar, donde más de 350 invitados se dieron cita para celebrar el amor de Paty y Javier. La novia, que se desempeña como ‘personal shopper’, llegó al altar luciendo un elegante vestido blanco diseñado por Inuñez Atelier. Este vestido, caracterizado por su escote de media luna y una delicada gasa al cuello, reflejó el estilo minimalista y sofisticado que la joven ha cultivado a lo largo de su vida. A su lado, su padre, Quique, vestía un clásico chaqué, mientras que el novio optó por un atuendo similar, con corbata azul marino y chaleco en crudo.
### Un Evento Familiar y Mediático
La boda de Paty no solo fue un evento social, sino que también se convirtió en un acontecimiento mediático, dado que la novia es parte de una de las familias más reconocidas de España. Paty es sobrina de las famosas cantantes Lolita y Rosario, prima de la actriz Alba Flores y nieta de la matriarca Carmen Flores, hermana de la icónica Lola Flores. La presencia de estas figuras del espectáculo español, junto a otros invitados del ámbito deportivo y social de Valencia, hizo que la atención hacia el enlace fuera aún mayor.
Los invitados comenzaron a llegar a la iglesia antes de las 17:30 horas, siguiendo el protocolo habitual de las ceremonias nupciales. Entre los asistentes se pudo ver a personalidades como Lolita y su hija Elena Furiase, quienes llegaron rápidamente para evitar a la prensa. La jornada, marcada por una ola de calor, no impidió que los asistentes disfrutaran del evento, que prometía ser memorable.
### El Vestido y la Celebración
El vestido de novia, diseñado por Inuñez Atelier, fue uno de los aspectos más comentados de la boda. Con su diseño elegante y sobrio, Paty logró deslumbrar a todos los presentes. Se rumorea que la novia tenía preparado un segundo vestido más ligero para la celebración posterior, una tendencia que se ha vuelto común en las bodas modernas para garantizar la comodidad de la novia durante la fiesta.
Después de la emotiva ceremonia en la iglesia, los invitados se trasladaron a Casa Santonja, un lugar emblemático en Dénia, conocido por su belleza mediterránea y su capacidad para albergar eventos de gran envergadura. Este espacio, que cuenta con 20,000 metros cuadrados de jardines y áreas al aire libre, fue el escenario perfecto para continuar la celebración del amor entre Paty y Javier.
La historia de amor de la pareja comenzó con una romántica pedida de mano en Andorra en octubre de 2024. Desde entonces, en un corto período de ocho meses, lograron organizar su boda con la ayuda de una wedding planner y el apoyo de sus familias. La madre de la novia, Patricia Casanova, desempeñó un papel fundamental en la planificación del evento, asegurando que cada detalle estuviera perfectamente coordinado.
Paty, que creció en Valencia junto a sus hermanos, ha compartido en diversas ocasiones lo importante que ha sido su infancia en la ciudad, especialmente los momentos en familia en la playa. En una entrevista, recordó que para ella, pasar tiempo en la playa durante el invierno con sus padres era una de las experiencias más valiosas de su vida. Esta conexión con su hogar y su familia se reflejó en la calidez y el amor que se sintió durante su boda.
La boda de Paty Sánchez-Flores y Javier Millet no solo fue un evento social, sino un verdadero homenaje a la familia, el amor y las tradiciones que unen a las personas. Con un enfoque en la elegancia y la sencillez, la pareja logró crear un día inolvidable, rodeados de sus seres queridos y en un entorno que reflejaba su estilo y personalidad.