La maternidad y el deporte de alto rendimiento han sido tradicionalmente considerados como dos mundos incompatibles. Sin embargo, cada vez más mujeres están desafiando esta noción, demostrando que es posible ser madre y seguir compitiendo al más alto nivel. Un ejemplo destacado es el de Liliana Fernández, una de las figuras más emblemáticas del vóley playa español, quien ha logrado equilibrar su carrera deportiva con la maternidad, enfrentándose a numerosos desafíos en el camino.
**El Camino hacia la Maternidad en el Deporte**
Liliana Fernández, con una carrera que incluye múltiples participaciones en Juegos Olímpicos, ha sido pionera en la lucha por la visibilidad de las deportistas que deciden ser madres. En su trayectoria, ha experimentado la presión de mantener su rendimiento deportivo mientras se enfrenta a las exigencias de la maternidad. La atleta ha compartido su experiencia, destacando que ser madre en el ámbito deportivo no solo implica un cambio físico, sino también emocional y mental.
«La maternidad solo estaba regulada a nivel institucional en el Consejo Superior de Deportes, ni siquiera en la Federación Española de Voleibol estaba regulada», comenta Liliana, reflejando la falta de apoyo que muchas deportistas enfrentan al tomar la decisión de ser madres. A pesar de esto, ella ha tenido la fortuna de contar con el respaldo de su familia, su marido Eduardo Martín, y de sus patrocinadores, lo que le ha permitido seguir compitiendo.
La historia de Liliana es un testimonio de cómo la maternidad puede ser un desafío, pero también una fuente de motivación. Su deseo de ser madre no solo se ha visto cumplido, sino que también ha encontrado en sus hijos una razón para seguir luchando y compitiendo.
**El Apoyo y los Retos de las Deportistas Madres**
El camino hacia la maternidad en el deporte no está exento de obstáculos. Liliana ha mencionado que, a pesar de contar con el apoyo de su entorno, muchas deportistas se sienten solas y desamparadas al enfrentar la maternidad. Un caso notable es el de Blanca Manchón, quien perdió todos sus patrocinadores tras anunciar su embarazo. Esta situación resalta la falta de comprensión y apoyo que muchas mujeres enfrentan en el ámbito deportivo.
«El miedo al desamparo es real», afirma Liliana, quien reconoce que, a pesar de su éxito, la incertidumbre siempre está presente. La presión por rendir y cumplir con las expectativas puede ser abrumadora, especialmente para aquellas que han decidido ser madres. Sin embargo, el apoyo de la comunidad deportiva y de las federaciones es crucial para que estas mujeres puedan continuar con sus carreras.
Liliana también ha destacado la importancia de contar con referentes en el deporte que hayan pasado por experiencias similares. La influencia de figuras como Allyson Felix y Serena Williams ha sido fundamental para inspirar a nuevas generaciones de deportistas a seguir sus sueños, incluso después de convertirse en madres.
**Preparación y Éxitos en la Competencia**
A pesar de los desafíos, Liliana ha demostrado que es posible alcanzar el éxito en el deporte tras la maternidad. Su reciente clasificación para los Juegos Olímpicos de París es un testimonio de su dedicación y esfuerzo. La alicantina ha tenido que adaptarse a una nueva realidad, entrenando con una nueva compañera y enfrentando el reto de recuperarse tras su segundo embarazo.
«Era casi imposible clasificar, no solo por el tiempo, que solo era un año y medio, sino porque venía de la segunda maternidad», explica. A pesar de las dificultades, su determinación y fe en sí misma la llevaron a lograr su objetivo.
La historia de Liliana Fernández es un ejemplo inspirador de cómo las mujeres pueden superar los obstáculos y seguir brillando en el deporte, incluso cuando deciden ser madres. Su experiencia resalta la necesidad de un cambio en la percepción y el apoyo hacia las deportistas que eligen combinar su carrera con la maternidad.
En un mundo donde las expectativas a menudo son desalentadoras, Liliana se erige como un símbolo de esperanza y perseverancia, demostrando que la maternidad no es un obstáculo, sino una parte integral de su identidad como atleta.