Las costas italianas, conocidas por su belleza y atractivo turístico, están enfrentando un cambio significativo en las preferencias de los vacacionistas. Este verano, un informe del Observatorio de las asociaciones de gestores de las playas Assobalneari-Confcommercio ha revelado que los precios elevados y el calor extremo han llevado a muchos italianos a optar por destinos montañosos en lugar de las tradicionales playas.
El informe destaca que en julio de 2025, se registró un descenso del 15% en el número de visitantes a las playas en comparación con el año anterior. Este fenómeno se atribuye principalmente a los altos precios de los servicios en las playas, así como a las condiciones climáticas que favorecen lugares más frescos.
Un análisis adicional publicado por el diario ‘Il Sole-24 Ore’ indica que las pernoctaciones en áreas montañosas han aumentado significativamente, alcanzando más de 6,8 millones, lo que representa un crecimiento del 4,8% respecto al verano de 2024. Walter De Cassan, presidente de Federalberghi Belluno, ha señalado que destinos como los Dolomitas, Cortina y Rocca Pietore están experimentando una temporada turística muy positiva, impulsada tanto por turistas italianos como por visitantes internacionales de países como China, Corea del Sur, Japón, Tailandia y Canadá.
Uno de los factores que contribuyen a esta tendencia es la privatización de las playas en Italia. Aproximadamente la mitad de las playas del país son privadas, lo que significa que los visitantes deben alquilar sombrillas y tumbonas a precios que pueden ser prohibitivos. Según un informe de Altroconsumo, el costo medio para una familia de cuatro personas puede alcanzar los 150 euros por día, lo que representa un gasto considerable para muchas familias.
El análisis de 213 balnearios a lo largo de la costa italiana revela que los precios han aumentado un 5% en promedio en comparación con el año anterior, y un alarmante 17% en comparación con hace cuatro años. Stefano Salvetti, de Adiconsum y Mare Libero, ha indicado que este aumento en los precios de los servicios de playa se ha convertido en un indicador del costo de vida en Italia. «La sombrilla de playa se ha transformado en un símbolo de estatus», comenta Salvetti, señalando que este gasto se ha vuelto inalcanzable para muchas familias.
En regiones como Salento, en Apulia, los precios son aún más altos. En la localidad de Torre Lapillo, durante la temporada alta, una sombrilla y dos tumbonas pueden costar hasta 95 euros por día, mientras que en Porto Cesareo, los precios alcanzan los 60 euros. Esta situación ha llevado a una disminución del turismo en otras regiones, como Emilia-Romaña, donde el número de visitantes ha caído un 2,8%, y en Toscana, donde la afluencia ha disminuido hasta un 20% en julio en comparación con el año anterior.
En el Lacio, aunque las playas están llenas los fines de semana, los locales permanecen vacíos durante la semana, lo que indica una tendencia preocupante. Zonas como Tarquinia, Santa Severa y Santa Marinella están mostrando señales de esta desaceleración.
Además del costo de los servicios de playa, los turistas también enfrentan un aumento en los gastos de transporte y alimentación, lo que agrava aún más la situación. La combinación de estos factores está empujando a los italianos a reconsiderar sus opciones de vacaciones, buscando alternativas más asequibles y frescas en las montañas.
Este cambio en las preferencias de los vacacionistas italianos refleja una tendencia más amplia en la que el costo y la comodidad juegan un papel crucial en la elección del destino. A medida que el verano avanza, será interesante observar cómo esta dinámica afecta el turismo en Italia y si las playas recuperarán su atractivo en los próximos años.