En el corazón de la provincia de León, a escasos kilómetros de la frontera con Asturias, se encuentra el pequeño pueblo de Valporquero de Torío. Con una población que apenas supera los 30 habitantes, este lugar esconde uno de los secretos más impresionantes de España: la única catedral subterránea del país. Este destino es ideal para los amantes del turismo rural y aquellos que buscan experiencias únicas en la naturaleza.
La Cueva de Valporquero es un fenómeno natural que ha sido moldeado a lo largo de millones de años. Aunque no es una catedral en el sentido tradicional, su vasta extensión y sus impresionantes formaciones geológicas le han valido este apodo. Desde su apertura al público en 1966, la cueva ha atraído a espeleólogos y turistas de todas partes, ansiosos por explorar sus galerías y admirar su belleza.
La entrada a la cueva es solo el comienzo de una aventura subterránea. Al adentrarse en sus pasarelas, los visitantes son recibidos por un espectáculo natural que incluye estalactitas, estalagmitas y otras formaciones geológicas que parecen sacadas de un cuento de hadas. La primera sala que se encuentra en el recorrido es conocida como ‘las pequeñas maravillas’, donde se pueden observar estructuras curiosas con formas peculiares que despiertan la imaginación.
A medida que se avanza, la cueva revela su grandeza. La ‘Gran Rotonda’, la galería más amplia, se extiende por más de 5,600 metros cuadrados y da acceso a la zona de ‘las Hadas’. Este espacio es un verdadero deleite visual, donde las formaciones de roca brillan con una luz mágica, creando un ambiente casi etéreo. La sala de ‘las maravillas’ es otro de los puntos culminantes del recorrido, donde las estalactitas y estalagmitas se presentan en todo su esplendor, ofreciendo una vista que deja sin aliento.
Para aquellos que deseen visitar esta maravilla natural, llegar a Valporquero de Torío es relativamente sencillo. Desde la ciudad de León, se puede tomar la N-630 y luego la CL-626 en dirección a La Robla. A partir de ahí, se debe seguir el desvío por la LE-315, atravesando Mataría de Torío hasta llegar a Felmín, donde comienza una carretera sinuosa que conduce al pueblo. Este trayecto no solo es accesible, sino que también ofrece vistas panorámicas de la impresionante Cordillera Cantábrica, haciendo que el viaje sea una experiencia en sí misma.
El entorno natural que rodea a Valporquero de Torío es otro atractivo que no se puede pasar por alto. La comarca de la Montaña Central es conocida por su belleza escénica, con montañas, ríos y bosques que invitan a realizar actividades al aire libre. Senderismo, ciclismo y exploración son solo algunas de las opciones que los visitantes pueden disfrutar en esta región.
Además de la cueva, el pueblo en sí mismo tiene su propio encanto. Con su reducido número de habitantes, Valporquero de Torío ofrece una experiencia auténtica y tranquila, alejada del bullicio de las grandes ciudades. Los visitantes pueden disfrutar de la hospitalidad local y conocer más sobre la cultura y tradiciones de esta pequeña comunidad.
La Cueva de Valporquero no solo es un destino turístico, sino también un lugar de interés geológico y científico. Su formación y las características de sus galerías han sido objeto de estudio para geólogos y espeleólogos, quienes continúan investigando los secretos que esconde este fascinante lugar.
En resumen, Valporquero de Torío y su cueva son un destino que combina naturaleza, aventura y cultura. Para aquellos que buscan escapar de la rutina y sumergirse en un entorno natural impresionante, este pequeño pueblo leones es una opción que no decepcionará. La cueva, con su belleza única y su historia, es un recordatorio de las maravillas que la naturaleza puede ofrecer, esperando ser descubiertas por quienes se atrevan a explorar sus profundidades.