La historia de España está marcada por episodios de violencia y represión que han dejado huellas profundas en la memoria colectiva. Uno de esos episodios trágicos ocurrió durante las festividades de San Fermín en 1978, cuando la actuación policial resultó en la muerte de Germán Rodríguez y dejó a decenas de heridos. En los últimos años, la coalición abertzale Bildu ha intensificado sus esfuerzos para que el Gobierno reconozca a las víctimas de aquellos sucesos y se tomen medidas para esclarecer la verdad de lo ocurrido.
### La Larga Lucha por el Reconocimiento
Desde hace décadas, las familias de las víctimas y diversas asociaciones han demandado justicia y reconocimiento por los actos represivos que tuvieron lugar en Pamplona. Germán Rodríguez, quien falleció el 8 de julio de 1978 tras la carga policial en la Plaza de Toros, se ha convertido en un símbolo de esta lucha. Bildu ha presentado una proposición de ley en el Congreso para que se debata el reconocimiento de Germán como víctima de la represión. Esta iniciativa busca no solo honrar su memoria, sino también la de todos aquellos que sufrieron la violencia del Estado en ese contexto.
La coalición ha solicitado que se organice un acto de recuerdo para las víctimas, que incluya a los heridos por balas de goma y gases lacrimógenos. Según informes de la Policía de aquel día, se dispararon más de 4,000 balas de goma y se utilizaron numerosos botes de gases lacrimógenos, lo que evidencia la brutalidad de la represión. Sin embargo, a pesar de las numerosas solicitudes y la presión social, el reconocimiento oficial ha sido escaso y la desclasificación de documentos relacionados con esos eventos sigue sin concretarse.
### Obstáculos en la Búsqueda de Justicia
La lucha por la verdad y la justicia se ha visto obstaculizada por la falta de respuesta de las instituciones. En noviembre de 2023, las familias de las víctimas, junto con la asociación San Fermín 78: gogoan!, solicitaron a la Fiscalía de Derechos Humanos y Memoria Democrática que recopilara información sobre los sucesos de 1978. Sin embargo, hasta la fecha, no han recibido respuesta ni se han tomado acciones concretas. Esta falta de diligencia ha llevado a Bildu a instar al Congreso a que el Gobierno utilice todos los mecanismos a su alcance para avanzar en la verdad, justicia y reparación.
Además, la coalición ha pedido la desclasificación de documentos que podrían arrojar luz sobre los eventos de aquel día. A pesar de que en 2018 el Parlamento de Navarra aprobó una petición en este sentido, la información sigue sin ser accesible. La falta de transparencia en torno a estos hechos históricos es un obstáculo significativo para las familias que buscan justicia y reconocimiento.
La situación se complica aún más por el hecho de que los sumarios abiertos tras los sucesos de 1978 fueron desestimados y archivados en 1983. Esto significa que, legalmente, podrían reabrirse si se presentan nuevas pruebas o testimonios. Sin embargo, las familias han enfrentado un muro de silencio y falta de acción por parte de las autoridades, lo que ha llevado a una sensación de frustración y abandono.
### La Importancia de la Memoria Histórica
El reconocimiento de las víctimas de la represión no solo es un acto de justicia, sino también un paso crucial hacia la reconciliación y la construcción de una sociedad más justa. La memoria histórica juega un papel fundamental en este proceso, ya que permite a las nuevas generaciones entender el pasado y aprender de él. La falta de reconocimiento y la desclasificación de documentos relacionados con eventos traumáticos como los de San Fermín 1978 perpetúan el dolor y la injusticia.
Bildu ha propuesto que el Gobierno impulse la participación de asociaciones memorialistas en el Consejo de Memoria Democrática y en la Comisión para el Esclarecimiento de las Violaciones de Derechos Humanos. Esta colaboración es esencial para garantizar que las voces de las víctimas y sus familias sean escuchadas y que se tomen medidas efectivas para abordar las injusticias del pasado.
La lucha por la verdad y la justicia en relación con los sucesos de San Fermín de 1978 es un recordatorio de que la memoria histórica es un derecho fundamental. Las familias de las víctimas merecen reconocimiento y reparación, y la sociedad en su conjunto debe trabajar para asegurar que tales eventos no se repitan en el futuro. La historia de España está llena de lecciones que deben ser aprendidas, y el reconocimiento de las víctimas es un paso esencial en ese camino.