La Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (AEMPS) ha lanzado una alerta sobre el uso incorrecto de la hialuronidasa en tratamientos estéticos, un componente que ha ganado popularidad en el sector de la medicina estética para corregir complicaciones derivadas de implantes de ácido hialurónico. Esta advertencia es crucial, ya que el uso indebido de este ingrediente puede acarrear riesgos significativos para la salud pública.
La hialuronidasa se presenta en el mercado tanto como medicamento como producto cosmético. Sin embargo, es fundamental entender que ambos formatos tienen usos y aplicaciones muy diferentes. Los medicamentos que contienen hialuronidasa están destinados a la administración inyectable y solo pueden ser obtenidos mediante solicitud como medicamento extranjero en España. Por otro lado, los productos cosméticos que contienen este ingrediente están autorizados únicamente para uso tópico, lo que significa que deben aplicarse sobre la piel y no ser inyectados.
A pesar de estas regulaciones, la AEMPS ha detectado un aumento en los casos donde productos cosméticos con hialuronidasa han sido inyectados, ignorando las advertencias legales que indican claramente que son para “uso tópico” y que no deben ser inyectados. Esta práctica no solo es ilegal, sino que también representa una mala praxis profesional que puede tener consecuencias graves para la salud de los pacientes.
### La Promoción Engañosa y sus Consecuencias
Una de las preocupaciones más serias que ha surgido en torno al uso de la hialuronidasa es la promoción indebida de productos cosméticos como si fueran aptos para su uso inyectable. Esta situación se ha visto agravada por la publicidad engañosa, cursos formativos no regulados y recomendaciones informales que sugieren que estos productos pueden ser utilizados de manera segura mediante inyección. Estas acciones no solo son irresponsables, sino que también ponen en riesgo la salud de las personas que buscan tratamientos estéticos.
La AEMPS ha intensificado su vigilancia sobre estas prácticas y ha instado a los profesionales del sector a que se adhieran estrictamente a las normativas vigentes. Es esencial que los productos cosméticos que se comercializan en ampollas o viales incluyan advertencias visibles que indiquen “uso tópico, no inyectar”. Esta medida es fundamental para prevenir el uso indebido y garantizar la seguridad de los pacientes.
Además, la agencia ha enfatizado la importancia de que los profesionales que manipulan estos productos cuenten con la formación adecuada. La falta de capacitación puede llevar a errores graves en la administración de tratamientos, lo que podría resultar en complicaciones severas para los pacientes. La AEMPS también ha recordado que no está permitida la elaboración de fórmulas magistrales con hialuronidasa cuando existe la posibilidad de adquirir el medicamento a través de los canales oficiales.
### La Responsabilidad de los Profesionales de la Salud
Los profesionales de la salud tienen una responsabilidad crucial en la administración de tratamientos estéticos. Deben asegurarse de que los productos que utilizan son seguros y están aprobados para el uso que se les va a dar. La inyección de productos cosméticos no autorizados puede llevar a complicaciones que van desde reacciones alérgicas hasta infecciones graves, lo que puede poner en peligro la vida del paciente.
La AEMPS ha instado a los profesionales a que se mantengan informados sobre las regulaciones y las mejores prácticas en el uso de hialuronidasa y otros productos estéticos. La formación continua es esencial para garantizar que los tratamientos se realicen de manera segura y efectiva. Además, es fundamental que los pacientes sean informados sobre los riesgos asociados con el uso de productos no aprobados y que se les aconseje sobre las opciones seguras disponibles.
En resumen, el uso de hialuronidasa en tratamientos estéticos debe ser abordado con seriedad y responsabilidad. Las advertencias de la AEMPS son un llamado a la acción para todos los involucrados en el sector de la medicina estética. La salud y seguridad de los pacientes deben ser siempre la prioridad, y es responsabilidad de los profesionales garantizar que se sigan las normativas y se utilicen productos seguros y aprobados.