En el corazón de València, una familia peruana de seis niños enfrenta una dura realidad: han pasado varios días durmiendo en un parque, en medio de una ola de calor que azota la ciudad. Geraldine y Eduin, los padres, han intentado encontrar refugio y apoyo, pero se han encontrado con un sistema que parece no tener respuestas para su situación crítica. La historia de esta familia es un reflejo de los desafíos que enfrentan muchos migrantes en busca de una vida mejor en España.
La escena es desgarradora. En un parque infantil, dos de los niños juegan despreocupadamente, ajenos al sufrimiento que viven sus padres. Mientras tanto, sus pies están sucios y sus cuerpos marcados por picaduras, resultado de noches al raso. Geraldine y Eduin llegaron a España huyendo de la violencia del crimen organizado en Perú, solo para encontrarse con un nuevo tipo de desamparo. Después de ser desalojados de un piso en Alboraia, se vieron obligados a buscar refugio en la calle, donde tocaron puertas de albergues y servicios sociales sin éxito.
### La Búsqueda de Ayuda y la Indiferencia del Sistema
La familia ha recorrido un largo camino en su búsqueda de ayuda. A pesar de que la ley prohíbe que los menores de edad duerman en la calle, los recursos sociales se han pasado la responsabilidad de uno a otro, dejando a Geraldine y Eduin en una situación desesperante. «Todos nos decían que allí no era, que teníamos que preguntar en otro sitio. Ya no sabemos qué hacer», relata Geraldine, visiblemente angustiada.
La única ayuda que han recibido ha sido de los vecinos, quienes les han proporcionado comida y agua mientras intentan encontrar una solución. Esta situación pone de manifiesto las deficiencias del sistema de servicios sociales, que no ha podido ofrecer un refugio adecuado a una familia con niños pequeños durante varios días. La concejal de Servicios Sociales del ayuntamiento de València, Marta Torrado, ha afirmado que, tras enterarse de la situación, el Centro de Atención Social a Personas sin Techo se puso en contacto con la familia y les ofreció una plaza en un albergue municipal. Sin embargo, esto ocurrió solo después de varios días de sufrimiento.
El caso de esta familia no es aislado. La creciente violencia en Perú ha llevado a un aumento en el número de ciudadanos que buscan asilo en España, y muchos de ellos se enfrentan a obstáculos similares. La falta de un empadronamiento adecuado, que es necesario para acceder a servicios básicos como la educación, ha dejado a los seis niños sin la posibilidad de matricularse en una escuela. Este es un problema recurrente para muchos migrantes, que a menudo se ven obligados a recurrir a un mercado negro para obtener un empadronamiento, pagando sumas exorbitantes por un proceso que debería ser accesible.
### La Realidad de la Migración y el Futuro de la Familia
Eduin y Geraldine están decididos a trabajar en cualquier cosa que les permita mantener a su familia, pero su prioridad sigue siendo la seguridad. La violencia en Perú ha aumentado de manera alarmante, y la familia ha dejado atrás no solo su hogar, sino también su vida anterior. «Perú es hermoso, pero se ha vuelto demasiado violento», dice Eduin, reflejando la tristeza de haber tenido que huir de su país.
A pesar de que han conseguido una plaza en un albergue, la situación de la familia resalta la necesidad urgente de una reforma en el sistema de acogida y atención a migrantes. Aunque el ayuntamiento ha habilitado más plazas para situaciones de emergencia, la lentitud en la respuesta ante casos urgentes como el de esta familia es inaceptable. La gestión de la Oficina de Extranjería también ha sido criticada por su ineficiencia, lo que agrava aún más la situación de quienes buscan refugio en España.
La historia de Geraldine, Eduin y sus seis hijos es un recordatorio de que detrás de las estadísticas de migración hay vidas humanas que enfrentan desafíos inimaginables. La falta de un sistema de apoyo efectivo y la burocracia ineficiente pueden convertir la búsqueda de una vida mejor en una lucha desgastante y, a menudo, infructuosa. Mientras tanto, la familia sigue esperando una solución definitiva que les permita salir de la calle y comenzar a reconstruir sus vidas en un nuevo país.