El mundo del senderismo y las aventuras al aire libre siempre ha atraído a los más intrépidos. Sin embargo, hay un recorrido que se destaca por su magnitud y dificultad: un viaje a pie de más de 22,500 kilómetros que atraviesa cerca de 20 países y tres continentes. Esta travesía, que aún no ha sido completada por ningún aventurero, representa un verdadero desafío para los amantes del trekking.
La ruta comienza en la remota ciudad de Magadán, situada en la costa del Mar de Ojotsk, en el este de Rusia. Desde allí, los caminantes se adentran en la vasta y salvaje Siberia, donde se encuentran con el lago Baikal, el más profundo del mundo. Este impresionante punto de partida no solo ofrece paisajes sobrecogedores, sino que también marca el inicio de una odisea que llevará a los aventureros a través de diversos ecosistemas y culturas.
A medida que se avanza, la ruta continúa hacia Mongolia, donde los vastos paisajes de estepas y desiertos se presentan ante los caminantes. El desierto del Gobi es uno de los puntos destacados de este recorrido, ofreciendo un contraste impresionante con las frías tierras siberianas. Posteriormente, los caminantes ingresan a Kazajistán, un país que combina paisajes montañosos y llanuras extensas, antes de cruzar a Europa.
Una vez en Europa, la travesía bordea el Cáucaso, pasando por países como Georgia y Armenia. La Península de Anatolia, en Turquía, es el siguiente destino, donde la rica historia y la diversidad cultural se hacen evidentes. Después de atravesar Oriente Próximo, incluyendo Siria, Jordania e Israel, los caminantes finalmente llegan a África, el segundo continente de esta monumental ruta.
En África, la travesía se vuelve aún más desafiante. Desde la Península del Sinaí, los aventureros se dirigen hacia El Cairo, donde el bullicio de la ciudad contrasta con la majestuosidad de las pirámides. A partir de ahí, el recorrido sigue el curso del río Nilo, atravesando Sudán y Uganda, hasta llegar a dos de los lagos más grandes del continente: el lago Victoria y el lago Tanganika. Estos cuerpos de agua no solo son impresionantes por su tamaño, sino que también son vitales para la biodiversidad y las comunidades locales.
El viaje continúa a través de Zambia, Zimbabue y Botswana, antes de llegar a Sudáfrica. Este último país es el destino final de esta travesía épica, donde los caminantes deben atravesar todo el territorio hasta llegar a Ciudad del Cabo. Este recorrido de 22,500 kilómetros es un verdadero testimonio de resistencia y determinación, y se estima que, si se caminan 25 kilómetros al día, tomaría cerca de 900 días, es decir, casi tres años, completar la travesía.
A pesar de la magnitud de este desafío, hasta la fecha, nadie ha logrado completarlo. Las dificultades que presenta, tanto físicas como logísticas, son inmensas. Desde las condiciones climáticas extremas en Siberia hasta los terrenos difíciles en el desierto del Gobi, cada etapa del viaje plantea sus propios retos. Además, la seguridad en algunas regiones, especialmente en Oriente Próximo, puede ser un factor disuasorio para muchos aventureros.
Sin embargo, la idea de emprender un viaje tan monumental sigue siendo atractiva para muchos. La posibilidad de experimentar una variedad de paisajes, culturas y desafíos a lo largo de la ruta es un sueño para los amantes del senderismo. La travesía no solo es un testimonio de la resistencia humana, sino también una oportunidad para conectar con la naturaleza y explorar algunos de los rincones más remotos y hermosos del planeta.
En resumen, este viaje de 22,500 kilómetros es más que una simple ruta de senderismo; es una odisea que desafía los límites de la aventura y la exploración. Aunque aún no se ha completado, la idea de recorrer este camino sigue inspirando a aquellos que buscan llevar sus habilidades de senderismo al siguiente nivel.