La reciente muerte de Pere Enguix, un destacado ginecólogo y defensor del parto respetuoso, ha dejado una huella imborrable en la historia de la medicina en España. Nacido en Carcaixent en 1948, Enguix falleció el 16 de junio de 2025 a los 77 años, y su legado continúa resonando en la lucha por los derechos reproductivos de las mujeres. Aunque su partida ha pasado desapercibida en muchos círculos, su impacto en la salud sexual y reproductiva es innegable.
### Un Pionero en el Parto Respetuoso
Enguix se destacó como uno de los primeros médicos en abogar por un enfoque más humano y respetuoso en el parto. En una época en la que las mujeres eran tratadas como pacientes enfermas, él defendió la idea de que el embarazo y el parto son procesos naturales que deben ser vividos con dignidad y autonomía. Su clínica, Acuario, se convirtió en un refugio para muchas mujeres que buscaban una experiencia de parto más personalizada y menos medicalizada.
A lo largo de su carrera, Enguix asistió a más de cuatro mil partos, y su enfoque innovador incluía técnicas como el parto en agua, que hoy en día son comunes en muchos hospitales. En sus entrevistas, enfatizaba que el parto debía ser un acto familiar, donde la mujer pudiera estar rodeada de sus seres queridos, y no un procedimiento clínico aislado. «Hemos medicalizado el proceso reproductivo y hacemos del ser mujer enfermedad», afirmaba, subrayando la necesidad de devolver el poder a las mujeres en el ámbito de la maternidad.
Su visión del parto respetuoso no solo transformó la experiencia de muchas mujeres, sino que también influyó en la forma en que se aborda la salud reproductiva en la actualidad. Enguix fue un defensor de la idea de que las mujeres deben tener el derecho a decidir sobre sus cuerpos y sus embarazos, un principio que sigue siendo relevante en el debate sobre el aborto y los derechos reproductivos.
### Lucha por los Derechos Reproductivos
La vida de Pere Enguix estuvo marcada por su compromiso con la defensa de los derechos de las mujeres. En los años 80, se convirtió en un símbolo de la lucha por el aborto seguro y legal en España. Fue encarcelado en dos ocasiones por practicar abortos en un momento en que esta práctica era penalizada. Su valentía al autoinculparse y su disposición a enfrentar las consecuencias legales lo convirtieron en un referente para el movimiento feminista de la época.
Durante su tiempo en prisión, Enguix recibió una ola de apoyo de mujeres y activistas que veían en él un defensor de sus derechos. Su lucha no solo se centró en el aborto, sino también en la necesidad de que las mujeres tuvieran acceso a una atención médica que respetara sus decisiones y su autonomía. En una entrevista, Enguix expresó su convicción de que «sobre mí nadie puede legislar», enfatizando la importancia de la privacidad y el respeto en las decisiones reproductivas.
A lo largo de su carrera, Enguix no solo se centró en el aborto, sino que también abogó por una educación sexual integral y el acceso a métodos anticonceptivos. Su enfoque holístico hacia la salud reproductiva ayudó a desestigmatizar temas que a menudo eran considerados tabú, y su legado continúa inspirando a nuevas generaciones de médicos y activistas.
La influencia de Enguix se extiende más allá de las fronteras de España. Su trabajo ha sido reconocido a nivel europeo, y muchas de las prácticas que promovió han sido adoptadas en sistemas de salud de otros países. Su enfoque centrado en la mujer y su compromiso con la ética médica han dejado una marca indeleble en la forma en que se aborda la salud reproductiva en la actualidad.
La muerte de Pere Enguix es una pérdida significativa para el campo de la medicina y para todos aquellos que luchan por los derechos de las mujeres. Su legado perdura en cada mujer que ha experimentado un parto respetuoso y en cada persona que continúa la lucha por la autonomía reproductiva. Su vida y su trabajo son un recordatorio de que la lucha por los derechos de las mujeres es un camino que requiere valentía, dedicación y, sobre todo, compasión.