En el corazón de València, un antiguo solar que ha permanecido vacío durante casi cuatro décadas está a punto de transformarse en un moderno complejo residencial. Este proyecto, impulsado por el fondo inversor Azora, se sitúa en la intersección de la calle Músico Ayllón y José Maestre, en el barrio de l’Olivereta. La iniciativa, que se enmarca dentro del modelo de construcción «build to rent», contempla la edificación de tres torres que albergarán un total de 510 viviendas destinadas al alquiler. La obra, que ha comenzado recientemente, promete revitalizar una zona que ha estado marcada por la historia y el abandono.
La historia de este solar es compleja. Originalmente, en los años 70, se proyectaron viviendas para funcionarios municipales, pero problemas estructurales llevaron a su demolición apenas una década después. Este hecho desencadenó un largo conflicto judicial que culminó en 2005 con una indemnización significativa para los vecinos desalojados. Desde entonces, el terreno ha permanecido sin uso, lo que ha generado inquietud entre los residentes del área, quienes se preguntan cómo un espacio público destinado a viviendas y zonas verdes ha terminado en manos de un fondo privado.
La nueva promoción, conocida como residencial Montreal, no solo ofrecerá viviendas, sino que también incluirá zonas comunes como piscina, pista de pádel, áreas de juegos infantiles, gimnasio y espacios de trabajo colaborativo. Se espera que la construcción esté finalizada para mayo de 2028, lo que marcará un nuevo capítulo en la historia de este solar.
### Transformación y Urbanismo en València
La transformación de este espacio ha sido posible gracias a una modificación del Plan General de Ordenación Urbana (PGOU) que fue aprobada por el ayuntamiento en junio de 2023. Esta modificación no solo permite un aumento en la edificabilidad, sino que también busca reorganizar las volumetrías y alturas de los edificios, generando un entorno más amigable y accesible para los vecinos. La nueva disposición de las torres, que variarán en altura, está diseñada para maximizar la luz natural y mejorar la calidad del espacio comunitario.
El proyecto ha suscitado diversas opiniones entre los vecinos. Muchos se muestran escépticos ante la idea de que un espacio que debería ser público se convierta en un desarrollo privado. Sin embargo, el ayuntamiento ha argumentado que esta modificación es necesaria para hacer frente a la creciente demanda de vivienda en València, que ha visto una disminución en la oferta de obra nueva en los últimos años. La memoria del proyecto destaca que la urbanización de este vacío urbano es esencial para revitalizar la zona y ofrecer nuevas oportunidades de vivienda a los ciudadanos.
Además, como parte de las condiciones del proyecto, Azora se ha comprometido a ceder suelo para la creación de viales y a urbanizar las calles circundantes, lo que incluye la creación de una calle peatonal. Esta medida busca no solo mejorar la accesibilidad del área, sino también fomentar un entorno más sostenible y amigable para los peatones.
### Desafíos y Expectativas
A pesar de las promesas de revitalización, el proyecto enfrenta desafíos significativos. La historia del solar, marcada por conflictos y promesas incumplidas, ha dejado una huella en la comunidad. Los vecinos, que han vivido durante años en un entorno degradado, tienen expectativas altas sobre cómo este nuevo desarrollo impactará su calidad de vida. La falta de respuesta por parte de Azora a las inquietudes de los residentes ha alimentado la desconfianza, lo que podría complicar la relación entre la empresa y la comunidad.
Por otro lado, la llegada de un fondo inversor como Azora al mercado de alquiler en València plantea preguntas sobre la accesibilidad de estas nuevas viviendas. La tendencia hacia el alquiler por parte de fondos de inversión ha generado preocupación entre los ciudadanos, quienes temen que esto pueda llevar a un aumento en los precios de la vivienda y a una mayor gentrificación en áreas históricamente populares.
El proyecto del residencial Montreal es un claro ejemplo de la tensión entre la necesidad de vivienda y el desarrollo urbano en una ciudad en constante evolución. A medida que València se enfrenta a desafíos relacionados con la vivienda y el urbanismo, la forma en que se gestionen estos proyectos será crucial para determinar el futuro de la ciudad y la calidad de vida de sus habitantes.