El proyecto de reforma del eje que comprende la calle San Vicente, San Agustín y la avenida del Oeste está en su fase final de planificación, con la participación activa de diversos colectivos ciudadanos. Este ambicioso plan busca transformar una de las arterias más transitadas del centro de València en un espacio más sostenible y amigable con el medio ambiente. Lara Llop, arquitecta del equipo responsable del diseño, comparte detalles sobre este proyecto que promete cambiar la cara de la ciudad.
### Un Enfoque Sostenible para el Espacio Urbano
La reforma tiene como objetivo principal introducir elementos de sombra y frescura en un área que, debido a su alta exposición solar, sufre de un aumento significativo de temperatura. La incorporación de casi 300 árboles es una de las medidas más destacadas, aunque no exenta de desafíos. La arquitecta Llop explica que la losa de hormigón superficial en la avenida del Oeste ha complicado la ubicación de los árboles, ya que debajo de la superficie existen numerosas canalizaciones de servicios públicos.
El diseño del proyecto ha requerido un meticuloso trabajo de planificación, donde se han tenido que considerar las limitaciones del espacio y la infraestructura existente. «Hemos hecho encaje de bolillos para encajar el arbolado, jugando con los espacios libres, la orografía y las pendientes», comenta Llop. La estrategia incluye la plantación de especies más pequeñas, como ciruelos y perales ornamentales, en las aceras más cercanas a las fachadas, mientras que los árboles más grandes se ubicarán en las esquinas, lejos de las zonas de aparcamiento y colectores.
Además de los árboles, el proyecto contempla la instalación de grandes pérgolas y emparrados en la plaza de San Agustín, que proporcionarán sombra y espacios de descanso. También se incorporarán jardineras con bancos corridos, creando un ambiente propicio para la socialización y el esparcimiento. La inclusión de una fuente a ras de suelo y pulverizadores de agua que se activarán con sensores de temperatura son otras de las innovaciones que se implementarán para mitigar el calor en los meses más cálidos.
### Desafíos y Oportunidades en el Proceso de Ejecución
La ejecución de este proyecto no está exenta de complicaciones. Las obras, que se llevarán a cabo en tres fases, comenzarán en la plaza de San Agustín, seguida por San Vicente y la avenida del Oeste. Este enfoque escalonado busca minimizar el impacto en la vida cotidiana de los vecinos y comerciantes de la zona, quienes han expresado su preocupación por el posible desorden que las obras podrían causar.
Julia Martínez, presidenta de la Asociación de Comerciantes del Centro Histórico, ha señalado que iniciar por San Agustín podría ser la opción menos invasiva, permitiendo que una vez finalizada esta fase, se pueda disfrutar de un nuevo espacio mientras se continúan las obras en los otros tramos. La colaboración entre arquitectos y comerciantes ha sido fundamental para asegurar que el proyecto responda a las necesidades de la comunidad.
El plazo de ejecución de 18 meses es otro factor a considerar, ya que las obras afectarán un área con intensa actividad comercial y un alto volumen de tráfico. La planificación cuidadosa y la comunicación constante con los vecinos serán esenciales para garantizar que el proceso de transformación sea lo más fluido posible.
Este proyecto no solo busca mejorar la calidad del espacio urbano, sino que también se alinea con las tendencias actuales de sostenibilidad y urbanismo verde. La creación de un bulevar verde que conecte la plaza de España con el Mercado Central y la plaza de Brujas es una de las metas a largo plazo, que refleja un compromiso con la mejora del entorno urbano y la calidad de vida de los ciudadanos.
La participación ciudadana ha sido un pilar fundamental en la elaboración del proyecto. Durante una reciente reunión de presentación, los vecinos y comerciantes tuvieron la oportunidad de aportar sus ideas y sugerencias, lo que ha enriquecido el diseño final. La arquitecta Llop ha destacado la importancia de estas aportaciones, que permiten que el proyecto sea más inclusivo y representativo de las necesidades de la comunidad.
A medida que se avanza en la planificación y ejecución de este proyecto, València se posiciona como un ejemplo de cómo las ciudades pueden adaptarse a los desafíos del cambio climático y la urbanización, creando espacios que no solo sean funcionales, sino también agradables y sostenibles para sus habitantes.