Un grupo de estudiantes, profesores y activistas se congregó recientemente frente al rectorado de la Universidad Carlos III de Madrid (UC3M) para manifestar su oposición a la creación de una cátedra de Transición Energética en colaboración con la Fundación Repsol. Este evento ha puesto de relieve un tema candente en la actualidad: el greenwashing, o lavado de imagen verde, que se refiere a las prácticas de algunas empresas que intentan presentarse como ambientalmente responsables mientras continúan con actividades perjudiciales para el medio ambiente.
La cátedra, anunciada el 19 de marzo, tiene como objetivo investigar y desarrollar combustibles renovables y fomentar un mayor conocimiento sobre alternativas sostenibles. Sin embargo, los manifestantes argumentan que la participación de Repsol, una de las principales petroleras de España y considerada una de las empresas más contaminantes a nivel mundial, es incompatible con los principios de sostenibilidad que la cátedra pretende promover. Los activistas, que incluyen miembros de Ecologistas en Acción, Juventud por el Clima y Rebelión Científica, sostienen que la presencia de Repsol en el ámbito académico es un intento de la empresa de limpiar su imagen a expensas de la educación pública.
### La Controversia del Greenwashing
El término greenwashing ha cobrado relevancia en los últimos años, especialmente en el contexto de la creciente preocupación por el cambio climático y la sostenibilidad. Las empresas, al darse cuenta de que los consumidores valoran cada vez más las prácticas sostenibles, han comenzado a adoptar estrategias de marketing que enfatizan sus esfuerzos ambientales, a menudo de manera superficial. En el caso de Repsol, los manifestantes han señalado que la empresa ha sido acusada de implementar prácticas de ecopostureo, donde las acciones reales para reducir su huella de carbono son mínimas en comparación con sus esfuerzos de comunicación.
Las protestas en UC3M no son un caso aislado. En abril de 2024, varias organizaciones ecologistas y de consumidores denunciaron a Repsol ante la Comisión Nacional de los Mercados y de la Competencia (CNMC) y la Dirección General de Consumo por presuntas prácticas de greenwashing. Estas acciones han generado un debate más amplio sobre la ética de las colaboraciones entre universidades públicas y empresas que tienen un historial cuestionable en términos de sostenibilidad.
Los activistas han expresado su preocupación por el hecho de que la Fundación Repsol ya cuenta con seis cátedras en universidades, de las cuales cuatro están en instituciones públicas. Argumentan que este modelo de investigación, que se realiza en colaboración con empresas, no toma en cuenta las necesidades de la sociedad ni de los estudiantes e investigadores. En su manifiesto, los participantes en la protesta afirmaron: «No podemos dejar que las empresas privadas, que se benefician de la destrucción de nuestro planeta, decidan en qué se investiga».
### La Privatización de la Educación Superior
Otro aspecto que ha surgido en el debate es la creciente privatización de las universidades en Madrid. Los manifestantes han señalado que la presencia del sector privado en los campus universitarios está aumentando, lo que podría comprometer la independencia académica y la calidad de la educación. Este fenómeno se ha visto agravado por la nueva ley de universidades regional, que, según los críticos, facilitará aún más la entrada de empresas en el ámbito académico.
La preocupación por la privatización de la educación superior no es nueva, pero ha cobrado fuerza en el contexto actual. Muchos académicos y estudiantes temen que las universidades se conviertan en meras extensiones de las empresas, donde la investigación se oriente más hacia los intereses corporativos que hacia el bienestar social y ambiental. Esto plantea preguntas fundamentales sobre el propósito de la educación superior y su papel en la formación de ciudadanos críticos y comprometidos con la sostenibilidad.
Las protestas en UC3M son un recordatorio de que la comunidad académica no está dispuesta a aceptar pasivamente la influencia de las corporaciones en la educación. A medida que el debate sobre el greenwashing y la privatización de la educación continúa, es probable que veamos más movilizaciones y discusiones en torno a estos temas. La lucha por una educación que priorice la sostenibilidad y el bienestar social frente a los intereses corporativos es más relevante que nunca, y las voces de estudiantes y activistas son cruciales en este proceso.