Montenegro, un pequeño país en los Balcanes, es conocido principalmente por su impresionante costa adriática. Sin embargo, su interior ofrece una experiencia rica en cultura y naturaleza que a menudo pasa desapercibida para los turistas. Desde la histórica ciudad de Cetinje hasta los exuberantes paisajes del Parque Nacional Biogradska Gora, Montenegro es un destino que invita a ser explorado más allá de sus playas.
La Ciudad de Cetinje: Un Viaje al Pasado
Cetinje, la antigua capital de Montenegro, se encuentra en un entorno montañoso que ofrece vistas espectaculares. A medida que uno asciende por la carretera serpenteante del monte Lovćen, se puede sentir la historia que emana de sus calles. Fundada en 1484, la ciudad alberga el Monasterio de Cetinje, un lugar de gran importancia cultural y religiosa. Este monasterio no solo es un punto de partida ideal para explorar la ciudad, sino que también guarda valiosas reliquias, como la mano de San Juan Bautista y un fragmento de la cruz de Jesús.
Frente al monasterio, el Museo Njegos Biljarda, construido en 1838, ofrece una visión fascinante de la historia montenegrina. Este edificio, que fue la residencia del príncipe-obispo Pedro II, destaca por su arquitectura robusta y su rica historia. Además, la Iglesia de la Corte, levantada en 1890 por el rey Nicolás I, añade un toque de majestuosidad al paisaje urbano.
Pasear por Cetinje es como viajar en el tiempo. Las antiguas embajadas, ahora convertidas en hogares, y el Palacio Azul, residencia oficial del presidente, son solo algunos de los puntos de interés que cuentan la historia de esta nación. El Museo Rey Nikola, ubicado en lo que fue el Palacio Real, ofrece una mirada más profunda a la vida de los monarcas montenegrinos.
Naturaleza en Biogradska Gora: Un Refugio Verde
El corazón de Montenegro es un paraíso natural, y el Parque Nacional Biogradska Gora es un ejemplo perfecto de ello. Este parque, conocido como una de las últimas selvas tropicales de Europa, es el más pequeño de los cinco parques nacionales del país, pero no por ello menos impresionante. Aquí, los lagos glaciares y las montañas crean un paisaje de belleza inigualable.
El lago Biograd, en el centro del parque, es un lugar ideal para disfrutar de la tranquilidad de la naturaleza. Rodeado de colinas verdes, el lago actúa como un espejo que refleja el esplendor del entorno. Un sendero que rodea el lago permite a los visitantes caminar entre árboles que superan los 40 metros de altura, cruzar arroyos y disfrutar del canto de los pájaros en un ambiente de paz.
Gastronomía Local: Sabores de Tradición
La experiencia en Montenegro no estaría completa sin disfrutar de su rica gastronomía. En una casa rural llamada Seosko Domaćinstvo Klisura, los visitantes pueden degustar platos tradicionales elaborados con ingredientes frescos y locales. Entre las delicias que se ofrecen se encuentran el kačamak, un puré de patatas con harina de maíz y queso, y el njeguški pršut, un jamón curado que es un verdadero manjar.
Nataša Dulović, la propietaria del establecimiento, se encarga de preparar cada plato con esmero, asegurándose de que los sabores auténticos de Montenegro se mantengan vivos. La cocina montenegrina también incluye sopas calientes y rakija, un aguardiente que es parte esencial de la cultura local. La experiencia gastronómica se complementa con la hospitalidad de Nataša y su hija Danijela, quienes hacen sentir a los visitantes como en casa.
Montenegro, con su rica historia, paisajes impresionantes y deliciosa gastronomía, es un destino que merece ser explorado. Desde las calles históricas de Cetinje hasta la belleza natural de Biogradska Gora, cada rincón de este país cuenta una historia que espera ser descubierta.
