La reciente decisión de cancelar el partido entre el Villarreal y el FC Barcelona, programado para el 20 de diciembre en Miami, ha generado un profundo malestar en el club groguet. La noticia llegó en un momento crítico, durante el descanso de un partido de Champions League, lo que intensificó la indignación de los directivos y del cuerpo técnico. La promotora Relevent, responsable de organizar el evento, justificó la suspensión alegando la incertidumbre actual en España y la falta de garantías para llevar a cabo un evento de tal magnitud.
### Reacciones de la Directiva y el Cuerpo Técnico
La reacción del consejero delegado del Villarreal, Fernando Roig Negueroles, fue capturada por las cámaras de televisión, mostrando su sorpresa y descontento al recibir la noticia. En el palco de La Cerámica, Roig se mostró visiblemente alterado, gesticulando mientras hablaba por teléfono. Esta situación no solo afectó a la directiva, sino que también caló hondo en el cuerpo técnico, liderado por Marcelino García Toral. El entrenador expresó su frustración ante los medios, calificando la decisión como «una falta de respeto absoluta». Marcelino enfatizó que el anuncio durante un partido crucial fue inapropiado y que refleja una falta de consideración hacia el club y sus aficionados.
El Villarreal considera que la gestión de LaLiga y la promotora ha sido deficiente, señalando la falta de comunicación y la toma de decisiones unilaterales. La entidad ha manifestado su «absoluta indignación» por cómo se ha manejado el proyecto desde sus inicios, lo que ha llevado a una crisis de confianza entre los clubes y la organización.
### Expectativas y Compromisos del Club
El proyecto de Miami había generado grandes expectativas entre los aficionados y la directiva del Villarreal. El club había asumido compromisos significativos, prometiendo cubrir los gastos de viaje y entrada para los socios que quisieran asistir al evento en Estados Unidos. Además, se había comprometido a devolver un 20% del abono a aquellos que no pudieran asistir. La cancelación del partido no solo afecta a la imagen del club, sino que también representa una pérdida económica considerable y un golpe a la ilusión de los aficionados.
Fernando Roig había mostrado previamente su entusiasmo por el evento, considerándolo una gran oportunidad para expandir la marca Villarreal y conectar con su afición en el extranjero. Sin embargo, la abrupta cancelación ha dejado a la directiva y a los aficionados con un sentimiento de traición y desilusión.
La decisión de Relevent de cancelar el partido no fue tomada a la ligera. Durante el fin de semana previo, los futbolistas de LaLiga habían protagonizado protestas en todos los campos, reclamando mayor transparencia sobre los aspectos económicos y organizativos del evento. Estas acciones incluyeron parones simbólicos de 15 segundos al inicio de cada encuentro, lo que refleja el descontento generalizado entre los jugadores.
La promotora justificó la suspensión del partido aludiendo a la incertidumbre actual en España, lo que ha llevado a muchos a cuestionar la capacidad de LaLiga y de las promotoras para gestionar eventos de tal envergadura. La falta de previsión y la ausencia de una comunicación efectiva han sido criticadas por el Villarreal, que considera que la situación podría haberse manejado de manera más adecuada.
El Villarreal está considerando emitir un comunicado oficial para expresar su postura definitiva sobre la controversia, aunque las declaraciones de Marcelino ya han dejado clara la posición del club: un enfado absoluto ante lo que consideran una gestión deficiente y una falta de respeto institucional. La situación ha puesto de manifiesto la necesidad de una mejor coordinación y comunicación entre los clubes y las organizaciones que gestionan el fútbol a nivel nacional e internacional.
La cancelación del partido en Miami ha dejado una herida abierta en el Villarreal, que ahora debe lidiar con las consecuencias de una decisión que ha afectado no solo a la imagen del club, sino también a la relación con sus aficionados y a la confianza en la gestión de LaLiga. La situación actual plantea interrogantes sobre el futuro de eventos similares y la capacidad de las organizaciones para garantizar la satisfacción de los clubes y sus seguidores.