En un acto conmovedor y simbólico, la Comisión Española de Ayuda al Refugiado (CEAR) ha desplegado miles de amapolas en la plaza de la Provincia, frente al Ministerio de Asuntos Exteriores en Madrid, como homenaje a las víctimas del conflicto en Gaza. Este evento, realizado el 6 de octubre de 2025, busca visibilizar el sufrimiento de aquellos que han perdido la vida en lo que CEAR califica como un «genocidio retransmitido en vivo» por el ejército israelí. La acción no solo busca recordar a las víctimas, sino también instar a la sociedad a actuar y exigir el fin de la violencia en la región.
La directora general de CEAR, Mónica López, enfatizó la importancia de este acto, afirmando que las amapolas representan la resistencia palestina y el dolor de miles de muertos. «Hemos elegido plantar flores, plantar miles de flores, en homenaje a la resistencia palestina», declaró López, quien también hizo un llamado a la comunidad internacional para que se levante y pida el fin del genocidio.
El evento no solo fue un homenaje simbólico, sino que también incluyó la entrega de más de 230,000 firmas al Ministerio de Asuntos Exteriores, recogidas en una campaña ciudadana que comenzó en octubre de 2023, poco después de que comenzara la ofensiva israelí. Este esfuerzo busca presionar al gobierno español para que tome medidas más contundentes en respuesta a la crisis humanitaria en Gaza.
### Un Manifiesto por la Justicia
Durante el evento, la activista Sara Tubasi leyó un manifiesto que exigía al Gobierno español y a la comunidad internacional que tomen medidas efectivas para detener lo que ella describió como un «genocidio». Tubasi destacó que la situación en Gaza ha sido marcada por masacres indiscriminadas, desplazamientos forzados y ataques deliberados contra civiles, incluidos periodistas y médicos. «Desde hace dos años, hemos sido testigos diarios de la destrucción de la vida, la cultura y la identidad del pueblo palestino», afirmó.
La activista también criticó la pasividad de muchos gobiernos occidentales, incluyendo el español, y pidió acciones concretas para frenar la violencia y la ocupación. Tubasi instó a España a liderar un cambio de paradigma en Europa y a adoptar un enfoque más firme en defensa de los derechos humanos. En particular, solicitó un embargo inmediato de armas a Israel y la suspensión del acuerdo de asociación entre la Unión Europea e Israel, así como la ruptura de relaciones bilaterales hasta que se detenga la violencia.
### La Respuesta de la Sociedad Civil
El acto de CEAR ha resonado en la sociedad civil, que ha mostrado un creciente interés en la situación de Gaza y el papel de España en el conflicto. La recogida de firmas y la movilización de ciudadanos en apoyo a esta causa reflejan un deseo de que el gobierno español actúe de manera más decisiva. La presión social puede ser un factor clave para que las autoridades reconsideren su postura y adopten medidas más efectivas en defensa de los derechos humanos.
Además, la acción de CEAR se enmarca en un contexto más amplio de activismo por la paz y la justicia en el mundo. Organizaciones y grupos de derechos humanos han estado trabajando incansablemente para visibilizar las injusticias que sufren los palestinos y para exigir un cambio en la política internacional hacia el conflicto. La utilización de símbolos como las amapolas no solo sirve para recordar a las víctimas, sino que también busca inspirar a otros a unirse a la lucha por la justicia y la paz.
La situación en Gaza sigue siendo crítica, y la comunidad internacional enfrenta el desafío de responder de manera efectiva a la crisis humanitaria. La acción de CEAR en Madrid es un recordatorio de que la solidaridad y la movilización social son esenciales para generar un cambio real. A medida que más personas se suman a la causa, se espera que la presión sobre los gobiernos aumente, llevando a una mayor responsabilidad y acción en favor de los derechos humanos en Palestina.
La historia de Gaza es una historia de resistencia, y actos como el de CEAR son fundamentales para mantener viva la memoria de las víctimas y para seguir luchando por un futuro en el que la paz y la justicia sean una realidad para todos. La comunidad internacional debe escuchar el clamor de aquellos que sufren y actuar en consecuencia, porque cada amapola plantada en Madrid es un símbolo de esperanza y un llamado a la acción.