En un contexto donde la migración se ha convertido en un tema candente, el uso de términos que deshumanizan a los individuos involucrados ha sido objeto de debate. Recientemente, un grupo político ha solicitado que se evite el acrónimo MENA, que se refiere a los menores extranjeros no acompañados, argumentando que su uso contribuye a la estigmatización de estos niños y adolescentes. Esta petición no solo busca cambiar un término, sino que también pretende abrir un diálogo sobre la forma en que se habla de la migración y, más importante aún, sobre cómo se trata a los más vulnerables en nuestra sociedad.
La preocupación por el uso del acrónimo MENA no es infundada. Un informe de Save the Children de 2019 ya había señalado que este término legal tiende a categorizar a los menores de manera que oculta su humanidad. Al referirse a ellos como simples cifras o categorías, se ignoran sus historias, sus sueños y las circunstancias que los llevaron a dejar sus hogares. En este sentido, el lenguaje juega un papel crucial en la forma en que percibimos y tratamos a los demás. Al despersonalizar a los menores migrantes, se les condena a la invisibilidad y a la exclusión social, lo que puede tener consecuencias devastadoras para su desarrollo y bienestar.
### La Historia de la Deshumanización
La historia está llena de ejemplos donde el lenguaje ha sido utilizado como herramienta de deshumanización. Durante el genocidio de Ruanda, por ejemplo, se utilizó la propaganda para referirse a los tutsis como «cucarachas», lo que facilitó la violencia y el odio. De manera similar, los nazis deshumanizaron a los judíos al compararlos con «ratas» o «plagas», lo que contribuyó a uno de los episodios más oscuros de la historia. Más recientemente, el primer ministro israelí ha utilizado términos despectivos para referirse a los palestinos, perpetuando un ciclo de odio y violencia.
El grupo político que ha solicitado la eliminación del término MENA ha hecho hincapié en que despersonalizar a un grupo social es el primer paso hacia la deshumanización. Esto no solo es un problema de lenguaje, sino que también se traduce en políticas y actitudes que pueden incitar a la violencia y a la discriminación. La manipulación de datos y la difusión de mensajes de odio son prácticas que han sido utilizadas a lo largo de la historia para justificar actos de violencia y exclusión.
### La Responsabilidad del Congreso
El Congreso, como institución representativa, tiene la responsabilidad de ser un ejemplo en la expresión de la diversidad y el respeto. La reciente solicitud para evitar el uso del término MENA es un llamado a la sensibilidad y a la humanidad en el discurso político. La idea es que el Congreso no se convierta en un lugar donde se falte al respeto a los más vulnerables, especialmente a los niños y niñas que ya enfrentan desafíos inimaginables en su vida diaria.
El grupo político ha solicitado que la Mesa del Congreso considere emitir recomendaciones para evitar el uso de términos estigmatizantes en todos los ámbitos de la actividad parlamentaria. Esto no solo es un paso hacia un lenguaje más respetuoso, sino que también puede influir en la percepción pública y en la forma en que se trata a los menores migrantes en la sociedad en general.
La lucha por la dignidad de los menores migrantes es un tema que trasciende las fronteras políticas. Se trata de reconocer su humanidad y de garantizar que se les brinde la protección y el apoyo que necesitan. Al cambiar el lenguaje, se puede cambiar la narrativa y, en última instancia, la forma en que se les trata. Es fundamental que todos, desde los legisladores hasta los ciudadanos, se comprometan a utilizar un lenguaje que respete la dignidad de cada individuo, independientemente de su origen o situación.
En un mundo donde la migración es cada vez más común, es esencial que se escuchen las voces de los más vulnerables. La lucha por la dignidad de los menores migrantes no es solo una cuestión de política, sino una cuestión de humanidad. Al final del día, todos compartimos un mismo hogar: este planeta, y es nuestra responsabilidad cuidar de aquellos que más lo necesitan.