En el barrio de Patraix, València, se ha desatado una polémica en torno a la venta de seis bajos turísticos ilegales por un total de 900.000 euros. La situación ha generado preocupación entre los vecinos, quienes han denunciado la transformación irregular de un antiguo bar en apartamentos turísticos. Al pasear por la calle Lladró i Malli, los transeúntes pueden observar un letrero que dice «Casa vecina», un remanente de un bar que ha sido adaptado para albergar estos micropisos. Aunque algunos de estos bajos ya tienen inquilinos, están a la venta en Idealista, con precios que rondan los 150.000 euros por unidad.
Los apartamentos, que varían en tamaño y características, han sido completamente reformados y amueblados, lo que los hace atractivos para potenciales compradores. Sin embargo, la legalidad de estos espacios es cuestionable. Según un informe del servicio de Urbanismo y Licencias del ayuntamiento, la solicitud de cambio de uso a apartamentos turísticos se realizó durante una moratoria, lo que ha llevado a la paralización de las obras. Este informe también aclara que el uso propuesto para estos bajos no es compatible con la normativa vigente, ya que se trata de una unión de ocho locales que no pueden destinarse a uso residencial.
La situación se complica aún más al considerar que el ayuntamiento ha recibido múltiples quejas de los vecinos, quienes han alertado sobre la falta de acción por parte de las autoridades. A pesar de que existe una resolución de paralización de obras y varias denuncias, los bajos continúan operando como apartamentos turísticos. Los residentes del barrio han expresado su frustración, señalando que la instalación eléctrica de los apartamentos podría representar un riesgo, dado que está demasiado cerca de las duchas.
### La Resistencia de los Vecinos
La comunidad de Patraix ha estado activa en la lucha contra la proliferación de apartamentos turísticos ilegales. Toni Pla, portavoz de la asociación vecinal, ha declarado que los vecinos han estado informando al ayuntamiento sobre la transformación irregular de estos espacios. «Estamos viendo cómo bajos comerciales que ponen el cartel de venta durante tres semanas, al mes ya están haciendo obras», comenta Pla. Esta situación ha llevado a la comunidad a exigir una mayor implicación del ayuntamiento en la supervisión de estos negocios.
Los residentes también han señalado que muchos de estos apartamentos turísticos están presentando declaraciones responsables como si fueran residenciales, lo que plantea dudas sobre su cumplimiento con las normativas de ventilación y seguridad. La asociación vecinal ha solicitado que todos los apartamentos turísticos que sean alegales o ilegales sean convertidos en viviendas, buscando así una solución a la saturación de este tipo de alojamientos en el barrio.
La venta de estos bajos turísticos ilegales no solo afecta a la comunidad local, sino que también plantea un desafío para el mercado inmobiliario de la zona. La oferta de estos apartamentos a precios elevados podría estar influyendo en el aumento de los precios de la vivienda en Patraix, lo que a su vez podría desplazar a los residentes de larga data. La situación se torna aún más crítica cuando se considera que el propietario del inmueble está tratando de vender el bajo completo como un negocio turístico, lo que podría incentivar aún más la creación de espacios ilegales en la zona.
### Implicaciones para el Futuro del Barrio
La problemática de los apartamentos turísticos ilegales en Patraix es un reflejo de un fenómeno más amplio que se está viviendo en muchas ciudades. La creciente demanda de alojamientos turísticos ha llevado a algunos propietarios a buscar formas de maximizar sus ingresos, a menudo a expensas de la comunidad local. Este tipo de prácticas no solo afecta la calidad de vida de los residentes, sino que también puede tener repercusiones en la seguridad y la infraestructura del barrio.
El ayuntamiento, por su parte, se enfrenta al reto de equilibrar el desarrollo turístico con la necesidad de proteger los derechos de los residentes. La falta de acción efectiva para abordar la situación de los apartamentos turísticos ilegales ha llevado a los vecinos a cuestionar la eficacia de las políticas urbanísticas actuales. La presión de la comunidad podría ser un factor determinante para que las autoridades tomen medidas más contundentes en el futuro.
En resumen, la venta de estos bajos turísticos ilegales en Patraix no solo representa un desafío legal, sino que también pone de manifiesto la necesidad de un enfoque más riguroso en la regulación de los alojamientos turísticos. La comunidad local está dispuesta a luchar por sus derechos y por un futuro más sostenible para su barrio, lo que podría marcar un precedente para otras áreas que enfrentan problemas similares.