El 18 de septiembre de 2025 se conmemora el 50 aniversario del último Consejo de Guerra del régimen franquista, un evento que marcó un hito en la historia judicial de España. Este consejo, celebrado en Hoyo de Manzanares, resultó en la condena a muerte de cinco miembros del FRAP, acusados de asesinar a un teniente de la Guardia Civil. Este juicio, caracterizado por su procedimiento sumarísimo, se llevó a cabo en un solo día y estuvo rodeado de controversias y acusaciones de falta de garantías procesales.
### Contexto del Consejo de Guerra
El Consejo de Guerra se constituyó en un ambiente tenso y cargado de emociones. La sala estaba decorada con símbolos del régimen, incluyendo un retrato de Franco y un crucifijo, lo que subrayaba la atmósfera opresiva del evento. Los acusados, esposados y rodeados de fuerzas de seguridad, se enfrentaron a un tribunal que ya había tomado decisiones antes de escuchar sus defensas. La principal prueba contra ellos fue el testimonio de José Fonfría, un compañero que, bajo presión, decidió delatar a sus camaradas, lo que desencadenó una serie de eventos que culminaron en la ejecución de dos de los condenados.
El juicio se desarrolló de manera rápida y sin las garantías necesarias. Los abogados defensores fueron expulsados de la sala en varias ocasiones, lo que limitó la capacidad de los acusados para defenderse adecuadamente. La estrategia de la defensa se centró en cuestionar la legalidad del procedimiento y en resaltar las irregularidades que rodearon el juicio. Sin embargo, la presión del tribunal y la falta de tiempo para preparar una defensa efectiva jugaron en contra de los acusados.
### La Delación y sus Consecuencias
La delación de Fonfría fue un punto de inflexión en el juicio. Su testimonio, que implicaba a otros miembros del FRAP, fue utilizado por el fiscal para construir un caso sólido en contra de los acusados. A medida que el juicio avanzaba, la tensión aumentaba, y las reacciones del público, que incluían familiares de los acusados, reflejaban la angustia y la desesperación ante la inminente posibilidad de condenas a muerte.
La condena a muerte de José Luis Sánchez Bravo y Ramón García Sanz fue un momento culminante del juicio. A pesar de las súplicas de sus familiares y de la presión internacional, el tribunal mantuvo su decisión. Los otros tres acusados recibieron indultos, pero la sombra de la traición de Fonfría se cernía sobre ellos, creando un ambiente de desconfianza y resentimiento dentro del grupo.
La ejecución de los condenados fue un acto que resonó en la sociedad española, generando un debate sobre la justicia y la moralidad del régimen franquista. La figura de Fonfría se convirtió en un símbolo de la traición, y su vida posterior estuvo marcada por el estigma de haber delatado a sus compañeros.
### Reflexiones sobre el Legado del Consejo de Guerra
El último Consejo de Guerra del franquismo no solo fue un juicio, sino un reflejo de la represión y el control que ejercía el régimen sobre la disidencia. Las irregularidades procesales y la falta de un juicio justo son recordatorios de los peligros de un sistema judicial que opera sin las debidas garantías. Este evento ha dejado una huella en la memoria colectiva de España, y su conmemoración invita a reflexionar sobre la importancia de la justicia y los derechos humanos.
La historia de este Consejo de Guerra es un testimonio de la lucha por la verdad y la justicia en un contexto de represión. A medida que se cumplen 50 años de este evento, es fundamental recordar a las víctimas y a los que lucharon por un futuro mejor, así como aprender de los errores del pasado para evitar que se repitan en el presente y en el futuro.