La situación en la ermita del Garbí, ubicada en Estivella, ha generado un intenso debate y controversia desde mediados de julio. A pesar de que la llegada de septiembre trajo consigo una intervención oficial, el conflicto no se ha resuelto de manera pacífica. Brigadas forestales de la Conselleria de Medio Ambiente, junto con la Policía Local, llevaron a cabo la retirada del mobiliario de un chiringuito que había sido instalado sin los permisos necesarios por el empresario local y concejal de Vox, José Ramón Mateu.
Mateu había argumentado que había adquirido el templo y un terreno adyacente, pero tanto el ayuntamiento como la conselleria han dejado claro que el edificio está registrado a nombre del consistorio, lo que hace imposible cualquier transacción privada. La intervención se produjo tras la insistencia de las autoridades, que habían solicitado en varias ocasiones que cesara la actividad del chiringuito, considerado una ocupación ilegal del templo. A pesar de las advertencias, Mateu continuó operando el chiringuito, ofreciendo bebidas y sombra a los senderistas que visitaban la zona cada fin de semana.
La situación se volvió más complicada cuando el empresario decidió restringir el acceso al mirador, cobrando una tarifa por disfrutar de las vistas. Esta acción provocó la indignación de la comunidad local y llevó a la intervención de las autoridades, quienes finalmente retiraron el mobiliario y cambiaron el candado de la ermita, asegurando que el acceso al lugar volviera a ser público. El material retirado ha sido trasladado a dependencias municipales, donde se espera que Mateu lo recoja y cumpla con los requerimientos oficiales.
### La Resistencia del Empresario
A pesar de las acciones tomadas por las autoridades, José Ramón Mateu ha mantenido una postura desafiante. Durante más de un mes, ignoró las solicitudes de las autoridades y continuó operando su chiringuito, abriendo el templo a los visitantes. Esta situación fue objeto de debate en el pleno del Consell de Cultura de Estivella, que también se opuso a la ocupación ilegal de la ermita, un rechazo que fue unánime, aunque Mateu no estuvo presente en la sesión.
El empresario ha defendido su actividad, alegando que contaba con escrituras que demostraban su propiedad y que su chiringuito operaba ‘sin ánimo de lucro’, con el objetivo de recaudar donativos para proyectos personales en la zona. Entre estos proyectos se incluyen la recuperación de una antigua fonda y la instalación de una cruz gigante que, según él, sería visible desde todo el Mediterráneo. Sin embargo, estas iniciativas no cuentan con el permiso necesario, lo que ha llevado a un aumento de la tensión entre Mateu y las autoridades locales.
La intervención de las brigadas forestales y la policía ha sido vista como un paso necesario para restaurar el orden y proteger el patrimonio cultural de la zona. La ermita del Garbí es un lugar de gran importancia histórica y cultural, y su ocupación por un chiringuito no autorizado ha suscitado preocupaciones sobre la preservación del sitio y el respeto a las normativas vigentes.
### Implicaciones para el Patrimonio Cultural
La situación en la ermita del Garbí pone de relieve un problema más amplio relacionado con la protección del patrimonio cultural en España. La ocupación ilegal de espacios históricos y la falta de respeto por las normativas de conservación son cuestiones que afectan a muchas localidades. En este caso, la intervención de las autoridades ha sido crucial para evitar que la situación se convierta en un precedente peligroso para otros sitios de interés cultural.
La comunidad local ha expresado su apoyo a las acciones de las autoridades, destacando la importancia de preservar la integridad de la ermita y garantizar que siga siendo un lugar accesible para todos. La intervención también ha sido vista como un mensaje claro de que las normativas deben ser respetadas y que no se tolerará la ocupación ilegal de espacios públicos.
A medida que se desarrolla este conflicto, la atención se centra en cómo se resolverá la situación a largo plazo. La comunidad espera que se establezcan medidas claras para proteger la ermita y que se eviten futuros intentos de ocupación ilegal. La historia del Garbí es un recordatorio de la importancia de la colaboración entre las autoridades y la comunidad para preservar el patrimonio cultural y garantizar que estos espacios sigan siendo accesibles para las generaciones futuras.