El Maccabi Tel-Aviv, uno de los clubes más emblemáticos de Israel, se prepara para afrontar la UEFA Europa League en un contexto marcado por tensiones políticas y sociales. Tras superar las fases previas, el equipo se encuentra en una situación única: obligado a jugar sus partidos como local en Serbia debido a la prohibición de la UEFA de organizar encuentros en Israel, vigente desde 2023. Esta decisión se debe a la guerra en la región y a la incapacidad de garantizar la seguridad de jugadores y aficionados.
### Un Calendario Complicado
El calendario de la fase de grupos de la Europa League se presenta como un verdadero reto para el Maccabi Tel-Aviv. El equipo comenzará su andadura el 24 de septiembre en Tesalónica, enfrentándose al PAOK, y posteriormente visitará al Aston Villa en Birmingham el 6 de noviembre. Estos encuentros no solo representan un desafío deportivo, sino que también conllevan riesgos adicionales debido al clima social y político en los países anfitriones.
En Alemania, el Maccabi se medirá al Stuttgart el 11 de diciembre y al Friburgo el 22 de enero de 2026. Aunque estos partidos se jugarán en un ambiente más controlado, la distancia geográfica dificulta la asistencia de sus hinchas, lo que diluye el tradicional «factor campo». En Serbia, el equipo recibirá a rivales como el Dinamo Zagreb y el Lyon, pero la situación sigue siendo compleja, ya que cada desplazamiento se convierte en un operativo de seguridad.
### Hostilidad y Seguridad
El primer partido en Grecia es especialmente delicado. Este año, el país ha sido escenario de protestas masivas contra Israel, lo que podría trasladarse a los alrededores del estadio del PAOK en Tesalónica. Las consignas de «Sionistas no bienvenidos» reflejan un ambiente hostil que podría poner en riesgo la seguridad de los jugadores y aficionados israelíes.
El viaje a Inglaterra también genera inquietud. En el Reino Unido, las protestas de colectivos pro-palestinos han llevado a un aumento de la tensión social, con cerca de 900 arrestos en Londres este año. La visita a Birmingham, donde se enfrentará al Aston Villa, está bajo vigilancia especial debido a la posibilidad de incidentes.
En Alemania, aunque no se han registrado incidentes recientes en Stuttgart y Friburgo, el ambiente sigue siendo tenso. Los estadios alemanes han sido escenario de manifestaciones y pancartas antisemitas en temporadas anteriores, lo que añade un nivel de preocupación a los encuentros programados.
### Un Contexto de Inseguridad
La situación del Maccabi Tel-Aviv no es nueva. En noviembre de 2024, un partido en Ámsterdam entre el Ajax y el Maccabi resultó en violentos enfrentamientos entre hinchas locales y grupos pro-palestinos, dejando a 62 detenidos y varios heridos. Este episodio llevó al gobierno israelí a repatriar a sus aficionados, marcando un antes y un después en la seguridad de los desplazamientos europeos de equipos israelíes.
Desde entonces, las autoridades de cada país que recibe a equipos israelíes han intensificado las medidas de seguridad, lo que convierte cada partido en un operativo de riesgo. Para el Maccabi Tel-Aviv, la Europa League no solo es un desafío deportivo, sino también una prueba de supervivencia institucional en un contexto de crisis internacional.
### La Realidad del Deporte en Tiempos de Crisis
La situación del Maccabi Tel-Aviv es un reflejo de cómo el deporte no puede abstraerse del contexto político. Recientemente, durante la Vuelta ciclista en España, se vivieron manifestaciones que obligaron a reforzar la seguridad y a aislar a los corredores en un ambiente hostil. Esto pone de manifiesto que el deporte, en este caso el fútbol, se encuentra en una encrucijada donde la competencia y la política se entrelazan de manera peligrosa.
Cada partido del Maccabi Tel-Aviv en la Europa League será un examen no solo para el equipo, sino también para la UEFA y los estados anfitriones. La capacidad del deporte para mantener un mínimo de normalidad en medio de una crisis internacional será puesta a prueba, y el recuerdo de los incidentes en Ámsterdam sirve como advertencia de lo que puede suceder si las autoridades no refuerzan los dispositivos de seguridad.
La Europa League se convierte así en un escenario donde el Maccabi Tel-Aviv no solo busca la gloria deportiva, sino que también navega por un mar de incertidumbres y riesgos que trascienden el fútbol.