La situación en el Rayo Vallecano se ha vuelto insostenible, con un creciente descontento entre los aficionados hacia la directiva encabezada por Raúl Martín Presa. La falta de mantenimiento en el estadio y la intención de la directiva de trasladar el equipo fuera de Vallecas han generado una crisis que amenaza con fracturar la relación entre el club y su base de seguidores.
La historia del estadio de Vallecas, que ha sido el hogar del Rayo desde su inauguración hace casi 50 años, está marcada por la pasión de sus aficionados. Sin embargo, en los últimos años, las condiciones del recinto han ido deteriorándose. Las inspecciones técnicas realizadas desde 2023 han revelado problemas estructurales graves, como fisuras en el hormigón, humedades y un mantenimiento deficiente que ha llevado a que los baños sean considerados «insostenibles». Los aficionados han expresado su frustración, afirmando que las instalaciones están en un estado que no se vería ni en categorías inferiores del fútbol español.
### La tensión entre la afición y la directiva
Uno de los puntos más conflictivos es la intención de Martín Presa de trasladar el equipo a un nuevo estadio. El presidente ha declarado que «quedarse en Vallecas no está en ninguno de los planes A, B y C» de la directiva, lo que ha generado un rechazo absoluto entre los seguidores, quienes consideran que Vallecas es parte integral de la identidad del club. En un comunicado previo a un partido, los aficionados dejaron claro que el Rayo solo jugará en su barrio, reafirmando su conexión con la comunidad.
La tensión se ha intensificado con las declaraciones de Martín Presa, quien ha atacado a los Bukaneros, un grupo de animación del club, acusándolos de promover valores contrarios a los del Rayo. Estas palabras han sido recibidas con indignación por parte de los aficionados, quienes defienden su derecho a expresarse y a apoyar al equipo en las gradas. La respuesta de figuras como Míchel, exjugador y actual entrenador, ha sido contundente, sugiriendo que el presidente debería comprender mejor el sentir de la afición.
### Problemas estructurales y su impacto en el rendimiento
La crisis no solo afecta a la relación entre la directiva y los aficionados, sino que también tiene repercusiones en el rendimiento del equipo. El primer equipo no puede entrenar adecuadamente debido al mal estado de las instalaciones, lo que ha llevado a que se ejerciten en el propio estadio, dañando aún más el césped. Esta situación se ha visto reflejada en el acta de un partido reciente, donde se mencionaron múltiples desperfectos en el terreno de juego que ponían en riesgo la salud de los jugadores.
El Rayo Vallecano femenino, que alguna vez fue un equipo destacado en el fútbol español, también ha sufrido las consecuencias de la mala gestión. Desde la llegada de Martín Presa a la presidencia en 2011, el equipo ha visto un abandono institucional que culminó en su descenso a Segunda División en 2022. Las jugadoras han denunciado la falta de contratos laborales y la ausencia de alta en la Seguridad Social, lo que ha llevado a la Asociación de Futbolistas Españoles a presentar denuncias ante la Inspección de Trabajo.
La dicotomía entre el éxito deportivo y la falta de atención a las necesidades de la afición y los jugadores ha profundizado la brecha entre la directiva y los seguidores. La situación actual del Rayo Vallecano es un reflejo de la lucha por la identidad y la pertenencia en un club que ha sido un símbolo de la comunidad de Vallecas. La afición, que ha estado al lado del equipo en los buenos y malos momentos, ahora se enfrenta a un futuro incierto, mientras la directiva parece alejarse de los valores que han definido al Rayo a lo largo de su historia.