Ubicado en el sur de la comunidad autónoma de Cantabria, casi colindando con Castilla y León, se encuentra Abiada, un pequeño pueblo que, a pesar de contar con apenas 80 habitantes, es considerado uno de los destinos más especiales del norte de España. Este encantador pueblo pesquero ha sido recomendado por diversas publicaciones como un lugar ideal para una escapada rural, ofreciendo una combinación única de tranquilidad, belleza arquitectónica y riqueza natural.
La comunidad autónoma de Cantabria está repleta de pequeños pueblos llenos de encanto, perfectos para quienes buscan desconectar de la rutina. Aunque muchos de los destinos más conocidos se encuentran en la costa, Abiada destaca por su belleza interior, donde los turistas pueden disfrutar de un ambiente sereno y descubrir grandes tesoros. Esta villa pertenece al municipio de Hermandad de Campoo de Suso y se sitúa en la comarca de Campoo-Los Valles, un área que ofrece paisajes impresionantes y una rica herencia cultural.
Uno de los principales atractivos de Abiada son sus casas de piedra, que reflejan el espíritu rural de la región. Pasear por sus callejuelas permite a los visitantes empaparse de la esencia cántabra, con la sierra del Cordel como telón de fondo. El casco urbano está atravesado por un afluente del río de Gares, lo que añade un encanto adicional a esta pequeña población, que no tiene nada que envidiar a los centros turísticos más conocidos de la región.
Entre los edificios de gran valor arquitectónico que se pueden encontrar en Abiada, destaca la Iglesia de San Cristóbal, construida entre los siglos XVII y XVIII. Este templo se erige majestuosamente sobre el resto de las edificaciones del pueblo, siendo un símbolo de la historia y la cultura local. Además de la arquitectura, Abiada alberga árboles de gran importancia natural, como un impresionante roble y un notable ejemplar de tejo, que son parte del patrimonio natural de la localidad.
Sin embargo, uno de los mayores tesoros de Abiada no se encuentra en el centro urbano, sino a escasa distancia de él. A tan solo un kilómetro del pueblo se ubica un espectacular castro que data de la Edad del Hierro, lo que demuestra la presencia humana en esta parte del norte de España desde tiempos inmemoriales. Este apasionante asentamiento, descubierto en 1989, se encuentra enclavado entre las cumbres de la sierra, en una posición estratégica que sugiere que quienes lo levantaron buscaban defenderse de posibles ataques. Visitar este castro es casi obligatorio para quienes se aventuran a Abiada, ya que desde su ubicación se pueden disfrutar de vistas panorámicas excepcionales del entorno.
Para llegar a Abiada, se puede tomar un viaje en coche desde la ciudad de Santander, que se encuentra a aproximadamente una hora de distancia. El trayecto comienza tomando la A-67, que se recorre durante varios kilómetros hasta llegar al municipio de Reinosa. Desde allí, se debe tomar la CA-183, que atraviesa localidades como Salces, Fontibre y Espinilla, hasta finalmente desviarse hacia la carretera que lleva al casco urbano de Abiada. Este viaje no solo es una oportunidad para disfrutar de los paisajes cántabros, sino también para descubrir la rica cultura y tradiciones de la región.
En resumen, Abiada es un destino que ofrece una experiencia única para aquellos que buscan escapar del bullicio de la vida moderna. Con su arquitectura encantadora, su entorno natural impresionante y su rica historia, este pequeño pueblo se presenta como una joya escondida en el norte de España, ideal para una escapada de fin de semana o una excursión de un día. Ya sea explorando sus callejuelas, visitando su iglesia o disfrutando de las vistas desde el castro, Abiada promete ser un lugar memorable para todos sus visitantes.